SE PUEDE VIVIR DE LA POESÍA FERNANDO DENNIS

 
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Por: Johanna Marcela Rozo Enciso
[email protected]

www.lenguajedemujer.blogspot.com



Hace un tiempo salí a caminar con el poeta Fernando Dennis con la intención de preguntarle acerca del título que ostentaba como: “el mejor poeta de Colombia”, título que por supuesto fue dado por quienes lo conocen y lo leen, y publicitado por sus amigos y hasta por el mismo, pero no inmerecido gracias al libro “La criatura invisible en los crepúsculos de William Turner” publicado en 1997.
Al poeta Dennis lo conocí como ocurre muchas veces por casualidad, y desde la realidad virtual intercambiamos impresiones sobre la poesía y en general sobre la literatura, es entonces cuando me envía el libro “El vino rojo de las sílabas”, escrito en el 2007. Este poemario está estéticamente bien escrito y además resulta conmovedor para lectores que buscan un encuentro con la exaltación del arte, la música y los sentimientos profundos del ser humano.

MÚSICA

No solamente has sido música para encontrarte.
También tu canto enrojeció los bosques donde fui forastero,
donde bebí el agua dormida que reflejaba tu desnudez
y los campos de uvas azules.
Recuerdo que tu música en esas florestas era una piel.
Música de Vivaldi, violines rojos,
canciones de amor eterno, rojos aposentos para la ternura.
Todos los pájaros de esta isla solitaria saben que tu música
arrulla el silencio de la memoria mientras duermes.
y arde el rocío
arden en la sombra de tu cuarto los felinos.
Otra vez los gatos volvieron a tu sueño.
Recuerdo aún que albos eran al llegar la noche.
En los muros, en los tejados,
las aves vigilan la luz de tu ventana,
el sonido de tu voz
reflejando el tiempo en los cristales.

Caminando por la calle séptima en Bogotá, mientras él buscaba con afán algunos libros que quería llevar para México en su viaje próximo;le preguntaba como hace un poeta para vivir de su poesía en Colombia, me confeso que no siempre fue así, muchos años estuvo en Bogotá escribiendo, leyendo y resistiendo los problemas diarios, pero gracias a algunos mecenas que creyeron en su poesía tuvo momentos holgados que le permitieron dedicarse solamente a escribir.

Además afirma que él no escribe para vender libros, esto llegó por que cada libro que ha escrito tiene vida propia, una especie de destino, el libro escoge a sus lectores, mientras él como escritor lo hace para crear un universo particular, una mitología privada, manifestaba Dennis, él seguía preguntado en cada librería, mientras yo esperaba el momento de tomar el café que hace más de una hora me había prometido. A todas las librerías donde entraba lo saludaban con cariño, los libreros tenían la expresión de quién ha visto de nuevo a un viejo amigo.

Llegamos por fin a un cafecito de un centro comercial, el poeta tenía una nueva preocupación, llevar pronto a arreglar su reloj que se le había quedado varado, saludaba a todos y se sentía muy cómodo entre las preguntas de algunos transeúntes que le interrogaban sobre su siguiente libro, la entrevista le era un poco indiferente.

Siempre me ha intrigado de cada poeta como llegan las palabras al papel, Fernando Dennis respondió a esta pregunta con una premisa que me sorprendió mucho; mientras otros autores hablan del rigor de la lectura y la disciplina a la hora de escribir, Dennis cree que no hay métodos, su única rutina a la hora de crear poesía es tomar nota de memoria, una especie de dictado celestial y en otras ocasiones es simplemente sentarse a escribir como si una voz ajena a la suya le susurrara los versos al oído, como una especie de amanuense del lenguaje, dice él mismo.

Fernando Dennis, ha ahondado en libros anteriores en temas como el arte, los colores, la estética de la formas, pero que se visibiliza con mucha más profundidad en el libro “La geometría del agua”, de ese libro me confeso que está escrito en un tono muy antiguo, aunque se considere un testigo de su tiempo; pero es un libro que básicamente está matizado por los colores de Ciénaga, Magdalena de donde es oriundo, de las impresiones de su niñez y de sus recuerdos de la pinturas de William Turner.

Finalmente me llevó al stand donde se estaba presentando su más reciente libro, allí conocí a su editor y a un amigo suyo que hacía las veces de diseñador e ilustrador de algunos de sus libros, ya lo esperaban para la presentación. Pero una pregunta quedó en el tintero, la opinión que le merece el comentario que circula en los pasillos de la literatura, de que Fernando Dennis es un nuevo Raúl Gómez Jattin, comparación que no entiendo del todo, ¿por ser de la Costa Colombiana?¿por vivir en Bogotá entre penurias y poesía? ¿o por la estética de su obra?.

Más reseñas literarias en:


www.demoliendo.blogspot.com

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