23 febrero 2021
Una mañana, mientras ella limpiaba los bolsillos de sus pantalones para echarlos a la lavadora, descubrió un número de teléfono que había apuntado en una servilleta de una conocida cafetería del centro y su curiosidad le cambió la vida. Llamó a ese número y un contestador le dijo: “Soy Fanny, ahora no puedo atenderte, deja un mensaje y veremos lo que puedo hacer por ti”. Ella hizo las maletas y por la noche ya durmió en su antiguo piso. Ella ahora no sé si es más feliz, no, no lo sé, pero de algo estoy seguro, si, ahora es libre, muy libre y ayer, cuando la vi, ya sonreía otra vez. Ella fue capaz de dar ese paso que tanto cuesta dar cuando ya no hay amor.
Fuente: etarragof.tumblr.com