A veces para encontrar un origen hay que ir por sendas insospechadas. Fue este nuestro actual caso; fuimos buscando sarmientos y terminamos encontrando pámpanos; por supuesto que los ¡repámpanos! son los brotes que vuelven a brotar en acciones increíbles —las almas que ya se daban por perdidas y que REGRESARON A LA VID DESPUÉS DE HABERSE ARREPENTIDO (regresando con fuerza y decisión a la virtud), dando su vida a cambio de otro u otros— .
La expresión “¡Repámpanos (¡Asombroso!)!” es, fue común en otros tiempos. Cuando el mundo no se había podrido de la forma como se está hoy. Expresar un ¡Repámpanos! Era igual a quedarse pasmado por algo totalmente inusitado.
Y es que SÓLO casos como el del Padre Maximiliano Kolbe pueden dejarlo a un de una pieza. Es el mayor acto de heroísmo palpable en este cochino mundo. Charles Dickens habla ello, en su “Historia de dos ciudades”.
Por supuesto que eso, en este mundo de HAMPONES (¡Maldita “PICHERA”! Metidos HASTA en las universidades, “ESTUDIANDO POR Y PARA HAMPONES”), esos libros NO les son “gratos”.