La vida del cardenal Jorge Bergoglio transcurrió en gran parte en la ciudad de Buenos Aires, pero su activida pastoral lo acercó muchísimo a varios puntos del Conurbano y su historia también se escribió en los barrios más humildes del Gran Buenos Aires.
En Avellaneda, por ejemplo, tiene una estrecha relación con Rubén Frassia, el monseñor que suena como candidato para reemplazarlo en el arzobispado porteño. Fue recibido el sábado por el flamante Papa en la residencia de Santa Marta. Tienen una gran relación porque trabajaron juntos durante 20 años.
En Quilmes ocurre algo parecido con el monseñor Carlos Tissera, quien dice que el nuevo Pontífice "refrescará a la Iglesia en muchos aspectos deteriorada por el materialismo". Tissera contó que Bergoglio no esperaba ser electo antes de emprender el viaje para el conclave que definió su pontificado tras la renuncia de Benedicto XVI
Pero más allá de sus historias con sus pares del Conurbano, Bergoglio también dejó una historia rica en otros puntos en los que también se fue formando como persona. En Tigre encontramos la historia de Francisco Lemos, que fue alumno del Papa. El vecino cuenta cómo fue como profesor de literatura en el colegio de los Jesuitas de Santa Fe. Fue tan fuerte el vínculo con su camada que durante años se encontraron para charlar de religión y política.
En Vicente López, los hermanos Ignacio y Fernando Abbad participaron de varios retiros espirituales ofrecidos por Bergoglio. "Un ser increíble", recuerdan. Ambos resaltan su humildad y su integridad. Y aseguran que haberlo conocido les trajo paz y serenidad a sus vidas.
Hay historias de Franisco en Lomas de Zamora, Almirante Brown, Esteban Echeverría donde muchos de los que conoció lo recuerdan como un hombre sencillo, directo, paternal, realista con los problemas del país. Así lo definen los clérigos locales y fieles que lo frecuentan de cerca. Todos coinciden en que hará grandes reformas en la Iglesia.
Pero hay lazos y huellas más profundas. Como en Ituzaingó, donde vive su hermana María Elena, una de las personas más requeridas por los medios en estos días. "Para mí siempre seguirá siendo mi hermano", cuenta y lo define como un ser cálido, cariñoso y protector. Es Catequista de la parroquia Nuestra Señora de Itatí, de Ituzaingó, confiesa sorprendida: "No esperábamos esto".
Pero también menos conocidas como su paso por San Miguel, donde Jorge Mario Bergoglio estudió y fue docente. Fue rector en el colegio Máximo San José. y todos lo recuerdan como una persona inteligente y sencilla.
En La Matanza, más allá de su estrecha relación con los obispos, también encontramos la historia de Josefina, la monja que lo llevó a dar misa a Aldo bonzi. Fue hace tres meses, cuando el entonces cardenal Bergoglio encabezó una misa en la Iglesia "Nuestra Señora de las Gracias" para festejar los 90 años de la religiosa. "Es un hombre generoso y humilde", cuenta la monja.
En San Martín también hay innumerables historias. Hubo caravanas por los barrios festejando su entronización. Y tiene también a un hombre como el padre Pepe, que ahora vive en La Cárcova, como uno de los testigos más fieles de la obra de Bergoglio con los más humildes.
Fuente: zonales.clarin.com