Seguramente los Aprendices de hoy están igual de contentos como lo estaban los Aprendices de hace veinte o treinta años atrás comentando las particularidades, las diferencias interpretativas del simbolismo en los distintos Ritos Masónicos que realmente conocen y que les ha sido posible vivenciar. No existe razón alguna que avale la negación o limitación en su conocimiento de la Masonería, no es razonable coartarles el derecho a su instrucción Masónica, ni de manipularles la información acerca de la diversidad de ritos existentes, muy por el contrario, los Maestros Masones tienen la obligación de instruirlos en ese aspecto.
En Masonería, una persona se inicia en Logia Abierta y en un Rito determinado, dentro de los muchos existentes. Suele suceder que el nuevo Masón es inducido a considerar que esa es la “única” y “correcta” manera de Masonería que existe, lo que evidentemente no es cierto, se le impide desplegar en libertad plenamente sus alas e incursionar en otros Ritos, tal vez por egoísmo o por temor a que opten por otro sistema ritualista.
Si dedicarse con entusiasmo al método y a la metáfora constructiva Masónica sobre la plataforma de un Rito en particular, ya de por sí es inspirador, participar de dos o más al mismo tiempo es fascinante por las perspectivas de conocimiento que ofrece a los hermanos.
El participar de otros Ritos se debe permitir, y hay que hacerlo sin miedo a la libertad de ellos, sin que ello sea una amenaza y por sobre todo, sin escepticismo, sin tratar de colonizar las Tenidas con ideas que no son propias del corpus Masónico. Controlando siempre el método Masónico, pero nunca al Masón.
Ellos son los titulares del derecho a elegir su propio horizonte Iniciático cuando tienen dos o más posibilidades al frente, ya sea porque quieren ver ampliados sus medios o por un asunto de pulimento de su propia Piedra Bruta en una determinada manera que han elegido conscientemente. Sobre todo, porque resulta evidente que la formación en distintos ritos produce una huella más profunda a la vez que brinda una sensación de avance en la Orden a partir de la dedicación desarrollada.
Los expertos en Masonería repiten una y otra vez que es necesario cultivar un espíritu crítico dirigido a reflexionar con mente abierta sobre las prácticas Masónicas. Pero resulta curioso, por decir lo menos, que muchos de quienes pregonan esta disciplina al mismo tiempo precisan lo que debe entenderse de manera invariable por un símbolo, por los predicamentos de un solo sector de la Orden o por las alegorías de un Rito en especial, en desmedro de la categoría de diversidad que remite a la visión de una realidad fragmentada, previa a una ética basada en valores y no en referentes absolutos.
