Francisco Cárdenas Cruz:
Más que Ricardo Anaya, el que parece decidido a dividir al PAN es el ex presidente Felipe Calderón en su afán de posicionar a su esposa, Margarita Zavala de Calderón, que aspira regresar a Los Pinos ya no como primera dama, que fuera, y para eso ha emprendido una ofensiva contra el queretano que está al mando del blanquiazul.
SI bien entre los firmantes de la carta que le enviaron al dirigente nacional para que defina su aspiración presidencial o continuar en su actual cargo, figura Gustavo Madero, enemistado públicamente con el ex Presidente desde que éste quiso entrometerse en su partido, la mayoría son ex colaboradores o de ex gobernadores calderonistas que arremeten contra el queretano por haberse apropiado, dicen, de los miles de spots panistas.
Muy pronto olvidaron que en las elecciones de gobernadores del 5 de junio, Anaya logró que Acción Nacional ganara siete de las 12 en disputa: tres con candidatos propios, Tamaulipas, con Francisco García Cabeza de Vaca; Chihuahua, con Javier Corral Jurado y Aguascalientes, con Martín Orozco Sandoval, más cuatro en alianza con el PRD en Durango, Veracruz y Quintana Roo y con el PT, Nueva Alianza y un partido local en Puebla, algo que ninguno de sus antecesores inmediatos al frente de Acción Nacional había logrado, ni aun en los dos sexenios gobernados por Vicente Fox y el propio Calderón.
En respuesta a la exigencia de los calderonistas, a la que por razones obvias de enemistad con Anaya, que lo marginó desde que lo relevó en la dirigencia panista, dijo que él está ahora dedicado a trabajar para ganar las que estarán en juego el año venidero en los estados de México, Coahuila y Nayarit, con posibilidades de triunfo en ellas, aun en la entidad natal del presidente Enrique Peña Nieto, quien también está decidido a que su partido, el PRI, conserve a toda costa –y a todo costo- esa gubernatura.
Aun cuando quien fuera Presidente el sexenio pasado no firmó la carta enviada a la Comisión Permanente de Acción Nacional, en el grupo que demanda a Anaya que se defina si quiere continuar al frente del partido o aspirar a la candidatura presidencial, sí lo hicieron quien fue su secretario particular, Roberto Gil Zuarth; Ernesto Cordero, que estuvo en las secretarías de Desarrollo Social y Hacienda, hoy senadores ambos, el ex secretario de Agricultura y ex gobernador de Jalisco, Alberto Cárdenas Jiménez, el ex gobernador Alejandro González Alcocer y José Guadalupe Osuna Millán, que también gobernó Baja California, así como José Luis Luege Tamargo, el ex director de Conagua.
La pretensión calderonista es, desde ahora, dejar fuera del 2018 al actual dirigente panista que ya ha declarado en varias ocasiones que su mente está fija hoy en su partido y en ganar las elecciones de gobernadores en las elecciones del año próximo, como el blanquiazul lo hizo, sorprendentemente, este año.
Eso, ciertamente, lo ubicaría al lado del actual gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, que de hecho ya inició su campaña por la Presidencia de la República con posibilidades de ser el abanderado del PAN y que si, como se propone, llegara a haber un gobierno de coalición con el PRI, en caso de que quien gane la elección no alcance el 50 por ciento de la votación nacional, él tendría más posibilidades de figurar en ella, distantes como estarían el propio Anaya y la señora Zavala de Calderón, ya que el poblano fue militante del tricolor.