Cuando Francisco Moreno Merino acuñó la frase “que nos diga el rector donde está el dinero”, y sus aliados de entonces le aplaudieron con entusiasmo, no imaginó que la misma expresión sería utilizada para destituirlo de la presidencia de la mesa directiva del Congreso, hecho que presuntamente ocurrirá en días próximos.
Moreno Merino aún tiene forma de asirse de la presidencia de la mesa directiva, no hay nada consumado, pero en los días recientes ha sido objeto de un intenso golpeteo, derivado de una realidad: El Congreso no tiene flujo presupuestal. Esa es la realidad, lo que no se ha dado a conocer es que esta situación es resultado de que el Ejecutivo no ha liberado con puntualidad la partida presupuestal del Legislativo. Ante este escenario, falta de liquidez, ha crecido la versión de que hay quebranto financiero.
Por ello en el Congreso cada vez son más los diputados, de todos los partidos, que en privado exigen que el presidente de la mesa informe: Donde está el dinero.
Me parece que esto solo es parte de una bien elaborada estrategia para destituir al priista de la mesa directiva. Ya fue usado, lo mismo que todos los diputados, ya sirvió para consumar reformas antipopulares, y ahora se requieren otros aliados, y en ese afán, no se ha dudado en ofrecer la cabeza de Moreno.
Se afirma que caerá, yo en lo personal tengo aún dudas, porque el priísta tiene amarres, no solo los que lo ataron al proyecto político del PRD. Veremos qué pasa en los próximos días.
Lo cierto es que el aún presidente está en la cuerda floja, lo mismo que el coordinador de la bancada del PRI, Adalberto Martínez, a quien sus compañeros le han reclamado el incumplimiento de acuerdos del Ejecutivo, el que sus obras gestionadas no avancen.
Pero no solo en el PRI existe este escenario. También es notoria la guerra de baja intensidad entre algunos diputados del PRD. Hortensia Figueroa es blanco de ataques, patrocinados desde su propia bancada, ¿porqué? No lo sabemos.
Pero mientras pasan estas cosas en las bancadas del PRI y del PRD, en el PAN se empieza a respirar diferente. Los priístas se dieron el lujo de marginar a los panistas, para bien de los perredistas, pues creo que ahora el juego cambia. Andres Lagunas