03 abril 2024
- Me hice amigo de un amigo de nadie, hablaba un idioma ininteligible para mí, tenía voluntad artística e hizo sonar, en mi honor, su violín.
- A mí me pareció estar volando en la irrealidad de siempre, (de estos últimos y sublimes tiempos), me besó la mano y sonrió … mucho, enloqueció el ritmo de su música que a mí me embriagó cual licor del más lejano cielo … solo le había dejado caer en su mano un miserable euro.
- Él, mi nuevo amigo de hoy, solo buscaba reconocimiento a su arte, a su generosidad … a su vida, a toda una vida sin éxitos notables pero que a mi me parecieron los éxitos de toda una generación que sucumbió ante el pragmatismo y al conformismo de una odiosa Sociedad naciente que vive al amparo del “vive hoy y mañana ya se verá lo que hacer”.
- Un buen amigo me dice que ese es nuestro castigo por no haber sabido trasladarles a esos nuevos “humanos” los valores que debieran hacer y desear un mundo mejor cual nos enseñaron a nosotros a base de esfuerzo, creatividad y superación sin subvenciones.
- Hoy prevalece el derecho a vivir … pero bien y sin esfuerzo, me decía ese amigo que siempre tengo a mi lado en cualquier café de madrugada y … no sé, quiero creer que no es eso … qué es solo un punto de vista temeroso, quizás decadente, amparado en la decepción propia y extraña, y que sólo se oye en las tertulias de la gente que ya ha llegado a eso que llamamos "cierta edad".
- El famoso psiquiatra americano, Karl Augustus Menninger (1893-1990), lo advirtió hace ya mucho tiempo: “Lo que se les dé a los niños, los niños darán a la sociedad.”
@etarragó
Fuente: etarragof.blogspot.com