Al evolucionar hasta sociedades encerradas, dentro de muros elevados hacia el cielo, la especie humana comenzó a sufrir el síndrome de la domesticación pasiva, el cual obliga al individuo a buscar líderes o dioses sin considerar que ya éstos vienen instruidos además de instrumentalizados por corporaciones aviesas y ansiosas por la obtención del poder que les permita y facilite comprimir intelectual y emocionalmente a cualquier objeto o sujeto que sea material para producir en linea y en masa.