Que se llame imperio a una nación conformada por estados unidos alrededor de una prepotente convicción de poder agresivo, a la vez avasalladora de los esfuerzos ajenos, siendo capaz de propiciar e instalar guerras a diestra y siniestra, incluida la mal llamada guerra contra las drogas ilícitas, sin que se den cuenta de estar minando los cimientos de su propia estructura social mientras van dejando un reguero de muertos y naciones vencidas y destruidas, simplemente evidencia el progresivo deterioro intelectual que viene exhibiendo en su conjunto la humanidad.