a historia narrada por saqueadores muestran regueros de pueblos subyugados ante sus macabras intenciones, impuestas a través de ritos, guerras y drogadicciones, aseverando encontrar debilidades étnicas para sobre ellas edificar verdades ficticias, dejando los caminos recorridos marcados de sangre, luego de asesinar a los contumaces que osaron enfrentar sus destructivas instrucciones y condiciones, tildando de vagos e ignorantes a aquellos pueblos que ya estaban educados por creencias distintas y por culturas mejores, ahora adornan las plazas conquistadas con monumentos de los miles de infames que lideraron sus orgias de muerte.