Pútridas son las costumbres, porque desde hace tiempo tienen hundida a la humanidad
entre sus ideas de prosperidad, descomponiendo las costuras que juntan los tejidos
de las personas con los individuos que son elegidos para concretar los objetivos
que luego sirvan de fuerza para reforzar las metas generales en medio de un mundo
sometido ante posturas personales, ajenas a las visiones generacionales,
quienes aspiran a recibir legados solidarios, equitativos y reales.