uando alguien vota mal está botando su futuro a una alcantarilla cloacal,
y en Colombia, estamos prestos a enfrentar esta cruda realidad,
de una manera que no se puede despreciar ni soslayar, mucho menos invisibilizar,
porque son decisiones que nos van a afectar el destino general,
por eso seguir ignorando lo social, dándole más relevancia a lo financiero,
es una locura personal que nos exige repasar los recuerdos que nos han dejado
las acciones de todos aquellos que han gobernado hasta hoy,
toda una partida de antisociales,
quienes se consideran intocables mientras han actuado como si fueran inimputables,
robándose miserablemente el erario de los trabajadores y de los verdaderos miserables.