Del árbol de la vida se desprendió, hace mucho tiempo, una rama,
a cual, al tocar el suelo de la Tierra, se dividió en mil pedazos,
donde hoy cada trozo de ésos germinó desde antaño a su amaño,
comportándose desde entonces diferentes,
produciendo gente renuente, aunque dementes, de frente angosta,
frente a un mundo del que son referentes,
para encontrar las ideas que deben primar en las mentes de todos,
intentando, a través de ellas, originar el principio que debe guiar
a toda la humanidad para cambiar hacia un paradigma ideal.