París, mayo 1968
24 febrero 2021
Cuando era casi un niño, en plena adolescencia, había una canción, entre otras muchas, que me pirraba bastante más que otras por aquello de adornarse en su canto con una estrofa en francés y, ya se sabe, los de mi quinta éramos acérrimos francófonos y, además, presumíamos - aún hoy - de ello. La estrofa decía algo así:
Michelle, ma belle
Sont les mots qui vont tres bien ensemble
Tres bien ensemble
Canción:
https://youtu.be/heWPueT9JQQ
Hoy, más de cincuenta años después, sigo cantando lo mismo, incluso a veces lo hago en voz alta para sorpresa de propios y extraños, mientras ellos andan mirándome y mirándose unos a otros, con cara de querer decir, "L'avi està boig", (el abuelo está loco), pero a mi ya no me importa que lo hagan, no, nada de eso, cantar canciones antiguas de los Beatles es algo como darse un toque de distinción, de pasión por lo vivido con orgullo, con sentimiento, cuasi con rabia. Y yo me pregunto: ¿Por qué no se les enseña a la gente en las escuelas que la historia no empezó el día que la Hestevan se casó con el Jesulín o que aspirar a salir o incluso a vivir, de los DeLuxe televisivos no es la cúspide del éxito? ¿Por qué la historia reciente dice poco de muchos que dejamos casi la vida para que todos, hoy, quepan y puedan vivir aquí aún y siendo un "sabio" y, a veces, odiable rojo, un transexual, un gay, un reconocido y fachoso banquero o un ancestral y notable "derechón"? ¿Por qué, jóvenes de hoy. permitís que todo eso sigue sucediendo sin que ninguno de vosotros haga nada para despertar del letargo en el que vivís?
Hay tantos porqués que preguntar, que razonar, que discutir y sobre los que construir un futuro prometedor que me parece del género estúpido no querer ser joven hoy - como yo quisiera serlo hoy y siempre - para arrancar desde ahí, desde ese alto listón al que nunca se nos dio a nosotros y que parecen olvidar que tienen en su poder nuestros nuevos soldaditos del nuevo idealismo racional, emocional y cultural al que nadie quiere conducirles por si se les ocurre pensar y con ello derrocar al inamovible stablishment vigente, como siempre sucedió en cualquier época.
Chavales: Veinteañeros y cuarentones, ánimo, labrar el futuro con bueyes o sin ellos, es tan necesario como tener que hacerlo, ahora con tractores, claro, pero el camino es igual de duro. Hacedlo ya, por favor, por vosotros, por el bien de las generaciones futuras, pero ya, no tardéis, no dejéis que os roben el futuro, el vuestro y el de los que vienen o vendrán, detrás vuestro.
Fuente: etarragof.blogspot.com