A UN AÑO DE SU DESAPARICIÓN FÍSICA
Coco Esperón “el descanso del pequeño gigante”
(Personaje de los barrios de mi ciudad)
Te me escapaste por don mesen, sin poder decírtelo... pero sabes una cosa Coco, te imagino con una sonrisa en los labios, “maratoneando” entre las nubes mas adversa, ya que eso era lo tuyo en esta vida, dejar atrás los obstáculos más desfavorables.
El sacrificio fue lo tuyo, la lucha, el tesón, el esmero.
Sabes Coco que muchos personas te queríamos y te queremos, por más que a veces se te ponía en la cabeza, que por decir "tu verdad" no se te aceptaba del todo.
Sin embargo te escuchábamos y eso ya era importante para vos, lo sé, porqué más de una vez me lo dijiste,
“por lo menos me escuchas con respeto”.
Todos tenemos un poco de sabio y otro tanto de loco, lo digo convencido de saberte dentro de las personas que no pasan solo por pasar por este mundo, muchas cosas podemos rescatar de tu peregrinar por esta vida.
Coco querido se que a través de tu hija, que es la extensión de tu ser entre nosotros, me vas a permitir, esto que pretendo hacer humildemente, un simple homenaje al descanso del pequeño gigante.
Coco Esperón nos dejo para siempre el 14 de marzo del año 2017 y lo considero un personaje de los barrios de mi ciudad.
Vivió haciendo deporte, corriendo detrás de una pelota de fútbol, o en una maratón, o solo por correr, tratando quizás de escaparse de “la parca” que lo acosaba desde hace más de 15 años, sin darle un segundo de descanso, hasta que un día se quedo dormido, dijo simplemente me muero y se marcho.
Coquito seguirá viviendo entre todas aquellas personas que valorábamos su esfuerzo, los que amamos el fútbol, la pesca, el maratón y por sobre todas las cosas la familia, esa que lo supo entenderlo y le dio a coco el tiempo que el necesitaba para sentirse feliz, practicando múltiplos deportes
José Oscar Esperón (coquito) nos dejo con la amarga sensación de que esto lo podíamos haber hecho antes...
Este reconocimiento me hubiese gustado hacérselo en vida como se dice normalmente, pero su humanidad siempre fue así, tan fuerte como frágil, nunca imagine que Coquito Esperón ya no podía esperar más.
(Gracias Silvia Esperon por permitirme hacerlo público)
De: Ramón Negry Galeano