La Kunstkámera fue el primer museo de Rusia, establecido por Pedro el Grande y completado en 1727.
En sus orígenes, el museo era un gabinete de curiosidades dedicado a preservar «curiosidades naturales y humanas y rarezas», un tipo muy típico de colección de aquella época.
La colección personal del zar, originalmente almacenada en el Palacio de Verano, recoge un amplio surtido de fetos humanos y animales con anomalías anatómicas, a imagen y semejanza de lo que Pedro el Grande había visto en 1697 cuando visitó a Frederik Ruysch y a Levinus Vincent. La idea subyacente de su kunstkámera era reunir todo el conocimiento del mundo.
La palabra holandesa «kunst-kamer» parece ser que fue introducida por el cirujano holandés Stephanus Blankaart en 1680.
Según la leyenda, la ubicación del museo fue escogida por el propio Pedro, que vio en aquel lugar un pino con una forma inusual. El edificio que se construyó fue creado en el estilo barroco de Pedro y aún hoy está considerado uno de los símbolos de San Petersburgo. Este majestuoso edificio a la orilla del río Nevá está culminado con una torre con una esfera armilar y un modelo del Sistema Solar.
Actualmente, es uno de los mayores museos etnográficos del mundo que desarrollan actividad científica. La colección del museo alberga más de un millón de objetos de exposición y recibe constantemente nuevas muestras procedentes de expediciones y de nuevos descubrimientos.