1.-El manejo del Gobierno en los casos Caval, Penta y SQM
Uno de los grandes problemas a los que se ha visto enfrentado el actual Gobierno radica en una profunda crisis ética. Dada la transversalidad de los involucrados y afectados con estos tres casos por todos conocidos, el dilema ético presentado desde la Moneda tiene su persistencia en antecedentes no sólo complejos para quien está al mando de la Nación sino para los sectores políticos , tanto del oficialismo como de la oposición Sus efectos se ha traducido en una merma en la credibilidad, dada falta de transparencia en los debidos procesos y en una suerte de protección hacia aquellos que complican el status político desde el oficialismo.
El Gobierno desde la perspectiva del caso Penta, perdió todo sentido de objetividad y de mantenerse al margen de los asuntos que competen a tribunales, emitiendo declaraciones que van más allá de quienes gobiernan para todos los chilenos.
Situación distinta vemos con el surgimiento del caso Caval, donde la afectada directa es la Presidenta de la República. El mal manejo comunicacional implicó, finalmente, una desacreditación no sólo de su mandato como jefa de Estado sino como persona. Como sabemos, una de las grandes razones de su triunfo electoral, al margen de la poca convocatoria a las urnas, fue, precisamente, su carisma.
El pésimo manejo comunicacional, con negativas, evasiones, incluso silencios muy desafortunados y las posteriores admisiones, sólo vino a complicar más aún la débil señal de confianza, ya mermada por otros factores, respecto de un gobierno que presenta una agenda programática desfavorable al país. Confluye en ello la larga lista de parientes con cargos de representación pública (nepotismo) y un pariente directo involucrado en asuntos económicos de dudosa ética y moral, sumado a la intervención poco afortunada de Andronico Luksic. Así, desde las comunicaciones, el Gobierno se ha presentado de modo tardío , con ausencia de transparencia y objetividad.
Finalmente, en el caso SQM, el escenario no es muy distinto, dada la transversalidad de los involucrados. Desde esta perspectiva, el manejo desde el Gobierno se ha visto muy contrario al mismo presentado con el caso Penta, lo que ha llevado a la ciudadanía a perder absolutamente la confianza en la palabra de la Presidenta, de sus ministros y de los políticos en sentido transversal
Desde la óptica jurídica, el Gobierno no ha sabido desprenderse objetivamente de los efectos que a él atañen, vislumbrándose trabas procedimentales para el eficaz desarrollo de la investigación de los participantes de este caso. Más aún, ha salido en defensa de quienes, mediante pruebas, están involucrados en casos como los señalados, demostrando que la Presidenta no gobierna para todos sino sólo para sus militantes y simpatizantes.
En resumen, el manejo desplegado por el Gobierno ha generado la reprobación e indignación ciudadana al quedar evidenciado que es imposible confiar en quienes están ampliamente involucrados en participaciones aparentemente ilícitas, por un lado, y al perder la neutralidad con emisiones de opiniones altamente reprobables, cuando se trata de intervinientes de oposición.
2.- Las próximas elecciones presidenciales y el escándalo político de estos meses
Sin lugar a dudas, frente a un escenario como el actual, las próximas elecciones están cubiertas por un manto de incertidumbre. No es posible especular sobre un escenario futuro cuando las próximas fechas aún son lejanas. Sin embargo, es posible que, dado el carácter histórico que han antecedido las candidaturas presidenciales, Chile repita la historia. Nuestra idiosincrasia es de memoria de corto plazo.
Por otro lado, sabemos que la mayoría de los ciudadanos no se instruye respecto de los programas de gobierno propuestos por los candidatos y sus votos son emitidos en base a simpatías personales o militancias individuales, pero no en torno a ejes programáticos. La actual realidad política, en un ambiente de corrupción transversal no permite avizorar un futuro cierto en cuanto a la tendencia natural que tendrían las próximas elecciones, sino más bien a una tendencia constreñida por las circunstancias locales inmediatas. Con todo, no es difícil, atendiendo a las ciencias sociales, saber que un año antes, como es costumbre, la situación político/económico/social cambiará de escenario y que ese es mismo enfoque el que permitirá que nuevamente el ciudadano pierda el sentido de conocimiento respecto de lo que ha sucedido en Chile hace un año ya.
Si las elecciones fueran mañana es inobjetable el argumento que alguien de la izquierda que representa actualmente a Michelle Bachelet no saldría electo. Y dentro de la derecha el escenario no es mucho mejor. Sin embargo, una posible carta sería Sebastián Piñera, no porque sea el mejor sino por comparación en los manejos de problemas país y de desarrollo, aunque es dable que se den otras alternativas de aquí a las próximas elecciones
3.- Desempeño del Gobernó y de la oposición desde que Michelle Bachelet asumiera como presidenta
Desde una perspectiva objetiva hemos sido testigos de hechos insólitos por parte del Gobierno actual. Todos los proyectos presentados por el ejecutivo del anterior gobierno fueron desestimados y rechazados.
Nuestra economía ha tenido un retroceso insospechado, pasando al quinto lugar en Latinoamérica, habiendo sido el número uno en desarrollo.
Las políticas públicas que se pretenden introducir menoscaban principios esenciales de toda persona. Prueba de ello es el cierre del programa AMA, programa que buscaba la protección de adolescentes embarazadas a fin de resguardarlas de un aborto. La inclusión de la mujer como factor preponderante ha minado la posibilidad de establecer políticas públicas tendientes a mejorar su situación dentro de la sociedad política, laboral, social.
Del mismo modo, a nivel de fuerza de trabajo, el Gobierno ha sostenido una campaña de desacreditación hacia el empresariado a tal nivel que las inversiones en Chile no sólo se han estancado sino que los inversionistas están realizando éstas en otros países, entre ellos Perú. La inseguridad por inestabilidad del Gobierno no da garantía, ni aún jurídica, como para que inversionistas extranjeros se queden y arriesguen en Chile capitales que, hasta hace dos años atrás, era impensado mover
El pésimo manejo del Gobierno frente a las catástrofes sufridas en el norte, centro y sur del país sólo han favorecido el clima de disconformidad y protesta ciudadana. Los temas como los atentados en la Araucanía, o el terremoto del Norte han dejado en evidencia el nivel de abandono, desprolijidad y falsas promesas por parte del Gobierno.
Por otra parte, una reforma educacional que transgrede los valores esenciales de las familias y particularmente de los padres, nivelando un sistema de enseñanza hacia abajo ha generado en la población una indignación y desaprobación que, según el obrar del Gobierno, no le afecta.
El Gobierno tiene, de modo obstinado, presente que su agenda programática se cumplirá si o si, con prescindencia de la ciudadanía o al margen de ella.
Respecto de la oposición, hemos constatado una centro derecha débil y coartada. Tal como se hiciera en el gobierno de Sebastián Piñera, hoy la derecha no es escuchada y frente a un pronunciamiento adverso, la izquierda sale, en masa, a callar a unos políticos que carecen del sentido propio de lo que es la verdadera política. Este debilitamiento, sumado a los casos de aparente corrupción, ha desfavorecido a toda la clase política, sin distinción. Y la polarización es un hecho evidente.
Pero el punto focal, reitero, no es de orden político, económico ni social, sino ético. La ausencia de ética en Chile por parte de personeros de Gobierno, incluida la Presidenta y de la oposición, ha puesto en el tapete la manifestación cada vez mayor de una ciudadanía que se expresa a través del quinto poder: las redes sociales y que son capaces de desbaratar el sistema político más osado a nivel mundial.
Andrea Balbontín Nesvara
Activista ProVida
Chile
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Fuente: andreabalbontin-provida.es.tl
