Los estudios sobre los efectos del café en el organismo se realizan desde hace décadas, y a cada momento hay coincidencias y desavenencias entre los investigadores. Sin embargo, un consumo de café moderado y actual no representa riesgos, sino que estimula algunos órganos del cuerpo.
Pero ¿cuánto es moderado? La mayoría coincide en que la ingesta de cafeína diaria no debe pasar los 400 mg, lo que representaría 5 espressos o su equivalente con otros métodos de preparación. El doctor Gustavo Cerezo, presidente de la Federación Argentina de Cardiología, afirmó durante la campaña que realiza la Cámara del Café local que "existe evidencia científica que avala el consumo de café como un alimento favorable para la salud".
Aclaró que es falso que el café nos vuelva adictos, ya que estudios recientes utilizando escáneres cerebrales muestran que el consumo moderado no desarrolla dependencia física a la cafeína. Pero veamos qué le sucede al cuerpo después de beber una taza de café.
¿Qué pasa con el cuerpo?
Cerebro: el poder estimulante de la cafeína aumenta el funcionamiento de la mente y de la capacidad de concentración. Luego de 30 minutos uno se siente más despierto. El efecto desaparece a las pocas horas.
Ojos: las pupilas se dilatan muy poco y, aunque no se nota ante un espejo, la sensación es que se puede ver mejor.
Dientes: la taza diaria (sin leche ni azúcar) posee polifenoles, micronutrientes eficaces para eliminar placa y bacterias. Con moderación, o los dientes quedarán amarillentos.
Corazón: aumenta la sensibilidad de las vías neuronales y pasan más rápido los impulsos eléctricos que van al sistema cardiovascular. Luego de 15 minutos la cafeína eleva el pulso y aumenta la presión arterial entre 10 y 15%. El consumo en cantidades moderadas no está vinculado a enfermedades cardiovasculares, arritmias ni hipertensión.
Estómago: mejora la digestión, por lo que queremos tomarlo después de comer. La cafeína activa los receptores en el estómago y aumenta las secreciones gástricas. El mayor nivel de ácidos ayuda a digerir la comida rápidamente.
Intestinos: la velocidad intestinal aumenta y hace que la maquinaria trabaje más rápido. Podés tener la necesidad de ir urgentemente al baño.
Vejiga: el efecto diurético es similar al del agua. Por ser una bebida preparada con más del 90% de agua, contribuye a la ingesta diaria de líquidos.
Fuente: www.lanacion.com.ar
