Una nueva disciplina pretende ser de utilidad para los jugadores del deporte más famoso del planeta. Se trata de un invento de dos húngaros que ya está siendo aplicado en Holanda para los más jóvenes.
En una era en la que la tecnología permite perfeccionar entrenamientos, maneras de trabajar y potenciar deportistas, el teqball es uno de los tantísimos ejemplos que han surgido en estos últimos tiempos.
La idea fue pensada y llevada a cabo por los húngaros Gábor Borsányi y Viktor Huszár, y cuenta con dos objetivos principales. Por un lado, llevar una experiencia diferente del fútbol a los hogares, en una dinámica sencilla e inclusiva para todas las edades. Y también ofrecer un sistema para perfeccionar la técnica de control y toque de balón.
Si bien es un deporte que tiene sus correspondientes reglas, el teqball no cuenta con árbitro y no es necesario que un juez se haga cargo de un enfrentamiento, debido a que la mesa en la que se juega posee cuatro sensores para contabilizar los puntos a través de una aplicación.
El teqball se desarrolla sobre una mesa similar a la que se utiliza en el ping pong pero está arqueada, para lograr que siempre la pelota vaya al jugador que la espera. Se la puede tocar tres veces antes de pasarla hacia el otro lado y no está permitido hacerlo dos veces seguidas con la misma parte del cuerpo.
Se juega tanto uno contra uno como en parejas. Varios clubes en Holanda han tomado este deporte como parte de los entrenamientos para los procesos formativos de los futbolistas en edades tempranas, y así ajustar detalles en el manejo y control del balón.