Hoy en todas las redes sociales y periódicos vemos el reclamo que la sociedad está haciendo ante algo que está convirtiéndose en un flagelo -digo flagelo como podría decir epidemia- aunque no afecta a toda la población es un mal que ya deberíamos haber erradicado del planeta, estamos hablando de la violencia y posterior muerte de mujeres a manos de sus ex parejas y esposos. Nos parece increíble que haya mujeres que mueren a manos de hombres violentos que se adueñan de sus vidas, que las hacen vivir un calvario, hasta que por fin las asesinan, todo esto en pleno siglo XXI -aunque sabemos que éste es un mal de siglos y siglos- es inaceptable. En el año 2014 hubo 277 femicidios en la Argentina a causa de la violencia de género más extrema y 330 niños involucrados quedaron huérfanos de madre, extraoficialmente se dice que en el año 2015 ya son más de 20 las mujeres asesinadas en éstas circunstancias. Vemos familias destruidas, porque esto implica no solo la muerte de una mujer, ésta mujer es una hija, una hermana, una madre que ya no está; esto involucra no solo a una mujer y a su asesino, sino que hay mucho más detrás. Me pregunto cuanto más van a necesitar nuestro gobernantes para tomar medidas; que se necesita para que las leyes sean más rígidas con quienes practican este tipo de delitos; que medidas estamos tomando para rescatar a estas familias que quedan lisiadas; que hacemos con los niños cuya psiquis queda maltrecha ante tanto dolor y violencia para que sean hombres de bien lejos de la figura de su padre asesino de su madre. Hoy reclamamos y exigimos que no haya NI UNA MENOS.
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