¡CREEMOS PARA ENTENDER,... ENTENDEMOS PARA CREER!
n la Logia Santiago de Chile, #1"; La auténtica fe nunca es absurda, así como la razón verdadera nunca es incrédula.
Lo verdaderamente absurdo es cortar el diálogo entre fe y razón. La fórmula áurea del diálogo entre fe y razón, que debe iluminar nuestro camino iniciático, ya la formuló con meridiana claridad Agustín de Hipona (354 a 430), diciendo “Creo para entender, entiendo para creer”.
Con esta fórmula San Agustín sintetiza la armonía fe/razón.
La fe no es un obstáculo hacia una mayor comprensión del mundo (“creo para entender”) y la razón busca razones para la fe (“entiendo para creer”).
Por eso la doctrina masónica postula la existencia de una Fe iniciática que se nutre de la razón y de la intuición y que nos lleva a la evidencia cierta de la existencia del G.A.D.U.