En la industria de la tecnología y de los videojuegos resultaba muy común recurrir a mujeres jóvenes y hermosas para se fotografiaran junto a los productos. La irracional costumbre ya parece erradicada en Occidente (Asia es “otro mundo”), pero las llamadas booth babes siguen siendo muy apreciadas como una especie de azafatas sexualizadas durante ferias al estilo del CES 2014. Pues bien, parece que el sector va alcanzando mayor madurez, como demuestra un reciente experimento que pretende explicar lo innecesario que es ese uso del cuerpo de la mujer para vender gadgets, al menos a profesionales.
Spencer Chen, responsable de markenting de una empresa llamada Frontback, probó a colocar dos expositores idénticos en una misma feria, uno con azafatas exuberantes y otro sin ellas. Y el que ofrecía menos “carne” logró más éxito y tuvo más visitas. Él lo explica porque cree que las booth babes intimidan a cierto tipo de público, y no saben explicar los productos como lo haría un representante de la empresa. Por otro lado, en una feria se pretende atraer la atención de ejecutivos de cierto nivel, que son los que cerrarían un trato, y este tipo de personas no pierden el tiempo con azafatas.
Chen se atreve a llevar un paso más adelante sus conclusiones, y cree que los responsables de un stand sin booth babes son más profesionales. Yo, aún entendiendo que en una feria se pueda contar con asistentes de aspecto atractivo, francamente veo muy fuera de lugar los escotes, faldas cortas y maquillaje excesivo que imponen muchas empresas. Aunque las grandes marcas se suelen intentar distanciar de estas prácticas para no ser acusadas de machismo, creo que ha llegado la hora de que los gadgets recuperen el protagonismo en los encuentros del sector, y no se se coloque a una mujer despampanante para tapar otras carencias.
Fuente: xombit.com
