El mejor estímulo que puede recibir es el de su propia imaginación que se desarrolla jugando con él y luego con sus compañeros, además le permite aceptar y convivir con la diferencia. Tampoco puede ser un tirano y que todo sea cuando él quiera, hay que enseñarle a esperar. Pero eso no significa querer transformarlos en autómatas sobreadaptados que sólo cada dos o tres horas hagan lo que hay hacer.
Los niños necesitan rutinas para aprender porque con cierta estabilidad es más fácil; aunque en el mundo sepamos que pueden surgir los inconvenientes y los imprevistos. Es importante como adultos saber cuándo ser flexible ante las normas. Una norma rígida tampoco enseña, mortifica al decir inconscientemente “sí señor” y cualquiera lo pase por arriba. También debemos inculcarle lo importante que es tener valores, porque no es lo mismo el que hace las cosas bien que el que no. Por eso hay que sancionar cuando ocurren cosas que no están bien y poner penitencias adecuadas a su edad y lo más difícil sostenerlas.
Nunca le pidas a tus hijos que vivan esforzándose por todo, lo frustras innecesariamente. La vida cuesta pero no tiene que ser un calvario, ni tener una mochila tan pesada que no nos permita avanzar. Tampoco le hagas todo, creerá que es un inútil que no sirve para nada, por eso tú lo haces mejor por él. Las personas independientes son más felices y capaces de enfrentar retos y desafíos. Confía en tu hijo, no lo puede todo pero tampoco puede nada. La vida se da por pérdidas y ganancias, ganamos algo y en el mismo momento algo perdemos.
Los mimos son buenos pero tampoco lo atosigues, sólo logras asfixiarlo y que sea demandante de amor y cariño todo el tiempo. No podemos vivir sólo de la aprobación de los demás. Tampoco le compres todo lo que te pide, sólo le creas un vacío muy difícil de llenar con objetos comprados en el supermercado.
Y por último, dile algo lindo como un cumplido cuando hace las cosas bien pero tampoco de forma exagerada, los chicos se dan cuenta cuando sobreactuamos, felicítalo, prémialo con un beso y un abrazo, escúchalo cuando tenga algo para decir... Enséñale sobre afectos y emociones, nada va hacer que sea más exitoso que logrando que sea buena persona.