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Durante años nos han hecho pensar que la edad se va convirtiendo en un obstáculo para aprender cosas nuevas y practicar ciertas disciplinas.
Sin embargo, personas sin límite y con deseos de mejorar su calidad de vida nos han demostrado que cualquier edad es buena para luchar por estar mejor.
El caso más reciente se dio con una mujer de 87 años que, a pesar de sufrir algunas enfermedades crónicas, tomó la decisión de aprender yoga como terapia para sus enfermedades.
Su historia ha dado la vuelta al mundo y ha ratificado tanto los beneficios de esta disciplina como la capacidad que tienen los adultos mayores para ejercitarse.
Fuente: www.vidadsaludable.com