Él fue mi gran maestro

 
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 Él fue mi gran maestro


24 abril 2024

- Recuerdo que, cuando niño, me gustaba mucho dibujar monigotes, es decir, nada de pintar, solo monigotes muy mal hechos, pero, eso sí, muy coloreados, había ganas de querer contar o significar algo y lo hacía con colores y con los gestos de los monigotes.

- Un día de aquel año 1955 (era mi primer día de clase del segundo año en ese colegio llamado del Obispo Irurita, ubicado al final de la barcelonesa Calle Cartagena y en la otra acera del Hospital de Sant Pau), el viejo profesor, que siempre llevaba su vara en la mano (vara con la que atizaba a los insurrectos que no obedecían sus órdenes), se fijó en mis dibujos que no eran ni uno, ni dos sino varios y acercándose a mí me dijo: "¿Quiénes son esas figuras que has pintado, Enrique, y esos trazos en color que hay encima y alrededor de ellos que significan?".

- No supe o no quería contestarle, pero le dije: "No sé, profesor, a veces creo que son mis hermanos, otras que son mis Padres o mis amigos y hasta, a veces, creo que es usted uno de ellos".

- "¿Entonces, no tienen ningún significado tus dibujos?" - me preguntó el profesor.

- No contesté sólo puse cara de "no sé".

- "Dile a tu Padre que venga mañana bien temprano a verme" - Apostilló el profesor.

- Al día siguiente, al rato de que debiera haberse empezado la clase y no haber sido así, aparecieron en la clase mi Padre y el viejo profesor.

- El profesor, ante la atenta mirada que me echaba mi Padre (que parecía enfadado y muy serio), se puso en lo alto de estrado y dijo (así lo recuerdo, más o menos o así me lo contó mi Padre): "Aquí tenemos a un alumno que pinta en rojo sin serlo, que el color rojo con el que pinta sus dibujos tampoco es sangre, pero me ha dicho su Padre que no hay nada que temer, él no es un antipatriota, ni un mal español, tan solo pinta en rojo y en azul a un niño salvando vidas de hombres, mujeres y animales que andan cercados por la muerte. El rojo es amor y también el fuego del infierno y el azul es el color del cielo a donde envía a todos los que va salvando". La clase, siguiendo las indicaciones del viejo profesor, se puso a aplaudir.

- Con los años fui entendiendo que mi Padre era un gran escritor en potencia, un magnífico estratega y un gran maestro del convencimiento. Él siempre fue mi ídolo y mi gran maestro.



Fuente: etfreixes.blogspot.com
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