DAVID CONTRA GOLIATH! LA LUCHA DE UNA MUJER SALVA UN BOSQUE MILENARIO

 
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“He vivido por más de dos años en una antigua secuoya norteamericana de más de 60 metros de altura en una propiedad cerca de Pacífic Lumber. He sobrevivido durante este tiempo al hostigamiento, a la soledad y a la duda. He visto la grandiosidad y la devastación de los bosques más antiguos de la Tierra. He vivido en un árbol llamado Luna. Intento salvar su vida.” Julia “Butterfly” Hill.



DAVID CONTRA GOLIATH! LA LUCHA DE UNA MUJER SALVA UN BOSQUE MILENARIO

Muchos activistas se subieron a árboles como forma de protesta contra la desforestación, pero de todos ellos Julia fue la que alcanzo más popularidad, gracias a su carisma, belleza y habilidad para la oratoria.

Cuando Colón pisó el continente americano por primera vez, Luna (una secuoya de 60 metros de altura) ya tenía 500 años de antigüedad. El 10 de diciembre del año 1997 cuando su tronco sobrepasaba los 1000 anillos, el destino parecía haberle puesto un ultimátum. Julia Lorraine Hill, una mujer activista de 23 años, decidió interrumpir lo inevitable y subió hasta la cima del árbol para impedir que lo talaran. Se mantuvo entre sus ramas nada menos que dos años y sin poner un solo pie en tierra obligó a la compañía maderera, tras durísimas negociaciones, a indultar el árbol y a todos sus hermanos cercanos en las proximidades.

La influencia de Julia marca un hito en los movimientos de protección ambiental alrededor del mundo, y en particular en Norteamérica. Si la historia se les hace familiar es justamente porque sirvió de base para un capítulo de Los Simpson, donde rememoran el evento en el cuarto episodio de la temporada número doce titulado “Lisa La ecologista” donde Lisa, se sube a un árbol en su pueblo cuando quiere protestar.
“Nadie tiene derecho a robar el futuro para conseguir beneficios rápidos en el presente. Hay que saber cuándo tenemos lo suficiente.” – Julia Butterfly.

QUIEN ES LUNA?
Luna es un árbol gigantesco, una de las secuoyas milenarias que habitan el bosque de California, en el condado de Humboldt. Un bosque ancestral, con árboles de más de 100 metros de altura (y 2.000 años de antigüedad). La Pacific Lumber Company irrumpió en el bosque de más de 60 mil hectáreas para dar inicio al desmantelamiento de uno de los ecosistemas más importantes de la región. Este ecosistema es tan primitivo y ecológicamente saludable que los animales y plantas que lo habitan no lo podrían hacer en otro lugar.
Pero en su camino la compañía Pacific Lumber se encontró con la actitud férrea de una obstinada, decidida y tenaz mujer, era Julia “Butterfly” Hill.

QUIEN ES JULIA BUTTERFLY HILL?
Julia nació un 18 de febrero de 1974 en Arkansas, Estados Unidos. Creció en el seno de una familia muy humilde que le proveyó de estudio en su hogar hasta que cumplió los 12 años. Su padre era un pastor protestante itinerante y su casa un remolque que compartía con sus tres hermanos. La vida de nómada y la influencia paterna la educaron en la escasez y el pragmatismo.
Relata en su propia biografía que cuando todavía era una adolescente y mientras hacía una de sus recurrentes caminatas por la naturaleza, con su familia, una mariposa se posó sobre su hombro y permaneció con ella durante todo el recorrido. Esta metáfora de una aventura de su vida también sirvió como un apodo que la ha acompañado durante toda su vida.

EL ACCIDENTE QUE LO CAMBIO TODO
Pero sería hasta los 22 años que una traumática experiencia con un accidente automovilístico transformó a Julia en la activista verde que conmovió a todo el país. El percance le produjo graves secuelas en el cerebro que requirieron de un lento proceso de recuperación y largas jornadas de terapia intensiva. La proporción y el valor del tiempo cambiaron para siempre en Julia, que dedicaba sus largas horas de rehabilitación a la contemplación de los grandes y fastuosos bosques californianos. Fue entonces que la crisálida se transformó en una hermosa mariposa.

“Ingresé en el bosque y por primera vez experimenté lo que significa de verdad estar viva. Entendí que formaba parte de todo aquello. Poco después me entere que la Pacific Lumber Maxxam Corporation estaba talando estos bosques y mi confusión fue total. Me puse en contacto con el movimiento ecológico Earth First, que llevaba a cabo campañas para impedir la tala de árboles y ofrecí mi ayuda en la defensa del parque. Así conocí a Luna”.
Earth First, como estrategia de protección del bosque, le propuso custodiar un árbol, de modo que la empresa no pudiera arrasar con él. Julia aceptó en seguida, y eligió a Luna, una enorme Secuoya.

LA VIDA ARRIBA DE LUNA. INICIA LA LUCHA
La vida en la cima del árbol fue muy dura y cambió la actitud de Julia por completo. El plan era permanecer dos semanas, tiempo luego del cuál acudiría como relevo otro voluntario, pero eso nunca sucedió. Un pequeño equipo le suministraba con cuerdas y poleas los víveres necesarios, incluyendo pequeños paneles solares para cargar el celular con el que organizaba las entrevistas, captaba nuevos adeptos para su causa o incluso entablaba conversaciones con algunos miembros del senado norteamericano. Su pequeño hogar, a 50 metros de altura, estaba formado por una plataforma de 3 metros cuadrados cubierta por una lona impermeable, un pequeño hornillo, un cubo con bolsa hermética donde hacía sus necesidades y una esponja con la que recolectaba agua de lluvia o nieve para lavarse.

DAVID CONTRA GOLIATH. JULIA VS. PACIFIC LUMBER
Mientras tanto, la compañía responsable de la tala de los árboles intentaba minar la moral de Julia y para ello emplearon todo tipo de artimañas. A los pocos meses de iniciar Julia la protesta, la empresa comenzó a acosarla con focos y ruidos constantes, realizados por guardias de seguridad, durante las 24 horas del día. Pensaron que así la harían desistir, pero no lo consiguieron.
Entre sus prácticas disuasivas se contaban los vuelos rasantes en helicóptero por la cima de Luna que en más de una oportunidad le podrían haber causado la muerte, los vuelos bajos, enviaban ráfagas de viento de casi 160 km por hora.
“Sí, la Pacific Lumber comenzó a talar árboles a mi alrededor. Se presentaron helicópteros que lanzaban chorros de agua. Quemaron los bosques durante seis días, para que me ahuyentara el humo, el humo destrozó mis ojos y mi garganta, y me llené de ampollas. Después montaron guardias día y noche para que no pudieran suministrarme comida. Acabe amargada, chillando, dando golpes, al borde de la locura… Para consolarme pensaba en las familias de Stanford que a causa de la tala del bosque se inundaron y se quedaron sin casa…” Julia Butterfly Hill . Entrevista para ‘La vanguardia’

http://circulosdemujeres.blogspot.com/2008/01/julia-hill-2-aos-viviendo-en-un-rbol.html


Julia cuenta que las tácticas disuasivas utilizadas por Pacific Lumber tuvieron un efecto boomerang y en lugar de hacerla rendirse le dieron más fuerza y convencimiento de que debería seguir adelante con su tarea.

LA VOZ DE LUNA
Pero lo peor estaba por venir. En el invierno de 1998 una colosal tormenta de más de dos semanas estuvo a punto de separar a Luna y Julia. Las ventiscas acabaron con la lona y empujaban a Julia al vacío. Abrazada al árbol y casi próxima a la rendición,

“Me agarré a “Luna” y le dije: ¡Luna, estoy aterrorizada, voy a morir!… Y ella ¡me habló! Fue increíble, porque me dijo algo que nadie que estuviera allí podía haber dicho para ayudarme. Dijo: “En la tormenta, los árboles tienen permitido balancearse con el viento, Julia…Ahora no es el momento de hacerse fuerte o caerás. ¡Déjate balancear por el viento. Déjalo ir, déjale ir…!”.
Julia admite que hablarle a un árbol suena a locura, pero fue el momento de aplacar su soledad y su impotencia durante la tormenta: “Di mi vida al Universo la primera noche”.
Julia escuchó “la voz de Luna” recordándole que “sólo las ramas rígidas se rompen”. Fue entonces que abandonó el soporte estable para aferrarse a la flexibilidad de las ramas más verdes que resistieron la embestida y salvaron la vida de Julia.

Con respecto a su relación con los animales, ella nos cuenta que los insectos fueron sus mayores maestros. En los primeros meses sufrió picaduras de todo tipo de arañas, avispas, abejas y hormigas. Cierta vez, cuando una araña cayó sobre su cabeza Julia contó, “ese día me di cuenta que las arañas son parte integral del bosque, y que tienen un propósito más importante que el mío para estar aquí. En ese momento dejaron de molestarme”. Una pareja de ardillas voladoras, las cuales tenían su refugio entre las ramas de Luna fueron sus compañeras más fieles y habituales.

Pasar por esta tormenta supuso otro cambio de actitud. Julia se deshizo del arnés y de los zapatos y se fundió con su entorno alcanzando su apogeo espiritual. Jamás volvería a vivir con miedo. Una importante dolencia de origen vírico en los riñones la encaró de manera simbiótica, medicándose con extractos de plantas cercanas suministradas por su equipo. Julia pasó a conocer cada insecto, cada rincón de las hojas de Luna y esto le permitió encarar con coraje, certeza y ventaja psicológica la negociación con los taladores que entonces dejaron de llamarla “eco-terrorista”.

El tiempo fue haciendo más fuerte la imagen ambientalista de Julia y poco a poco fue ganándose el respeto y apoyo de muchas organizaciones ecológicas y de los medios. El desfile de famosos que subieron al árbol para visitarla (Bonnie Raitt, Joan Báez o Woody Harrelson) fue tan grande como el impacto mediático del desafío. hasta algunos de los leñadores que acabaron tomando conciencia de su lucha.

Julia se mantuvo en las ramas de Luna nada menos que dos años, se subió cuando tenía 23 y bajo a los 26 años, el 18 de diciembre de 1999 Julia descendió de la ramas de Luna con las manos verdes del musgo y los pies llenos de callos, en medio de una enorme ceremonia y entregando esta carta.

http://web.archive.org/web/20090331170946/http://www.circleoflife.org/letter.php

Culminó con éxito las negociaciones con la compañía maderera que se comprometió no sólo a respetar a Luna y a todos los árboles cercanos en un radio de 100 metros a la redonda, sino a incluir una política medio ambiental en todos sus futuros trabajos.

Y QUE PASO CON JULIA
Cuando bajó nuevamente al mundo después de dos años, su misión por difundir un mensaje de conciencia ambiental recién había empezado. Desde entonces ha dado conferencias y charlas a audiencias de todos los tamaños y en todas las latitudes, ha escrito El legado de Luna que fue bestseller y está traducido a 11 idiomas. También publicó su manual ecológico Uno hace la diferencia.
Hoy en día Julia sigue al frente de un importante grupo ecologista y activista. Ayudó a crear la ONG “Circle of Life”, participando regularmente en muchos de los “Tree-Sit” fecundados con su hazaña y desperdigados por todos los rincones del planeta verde. Contó su experiencia en la copa de Luna en el Libro “El legado de Luna” impreso en papel reciclado y bajo el sello de tolerancia ecológica “SmartWood Certified“.

Julia lleva esas enseñanzas en el corazón y se considera una persona muy espiritual, pese a que no quiere identificarse con ninguna religión institucional.

Y QUE PASO CON LUNA
En noviembre de 2001 un desconocido intentó talar a Luna con una motosierra hundiendo los dientes metálicos en el tallo hasta una profundidad de 35 centímetros en la base de su tronco. Luna sobrevivió y desde entonces, unas grapas gigantes aseguran el árbol.
En su relato autobiográfico nos cuenta que conocer esta noticia fue un terrible golpe para ella. Cuando hubo superado su enorme enfado, profundo dolor y gran decepción, se expresó con estas palabras en una entrevista, manifestando su gran entereza y dignidad humana:
“Luna permanece como un símbolo. Un símbolo de los antiguos bosques que están siendo devastados, que están siendo extinguidos cada día. Luna permanece como la esperanza y el amor que siempre vence al odio. Luna nos recuerda a todos la esperanza en este maravilloso, sagrado planeta que nos da a todos vida y esperanza en la humanidad. Esta esperanza en la humanidad reside en la capacidad de transformar los grandes obstáculos en oportunidades para crecer, fortalecerse, comprometerse y amar. Esta es la esencia de Luna”.

La exitosa empresa de Julia ha ayudado a prestigiar a toda una generación olvidada para el activismo verde tan de moda en los 60’s. La fortaleza física y mental que puede proporcionar el reto de conseguir los propios ideales debe ser ejemplarizante y suficiente para desenmascarar otras actitudes de pancarta y cacerola tan incoherentes como egoístamente confortables.


Fuente: kurioso.es
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