Con una cachetada, una mujer iraní le salvó la vida a un sujeto que estaba a punto de cumplir la pena de muerte por asesinar a un hombre.
La mujer que cacheteó al condenado era la madre de la víctima. Esta acción le significó el perdón al sentenciado, que debía cumplir su pena en la horca.
"Yo soy una creyente", dijo Samereh Alinejad, madre de Abdollah Hosseinzadeh. "Tuve un sueño en el que mi hijo me dijo que él estaba en paz y en un buen lugar. Después de eso, todos mis parientes -incluso mi madre- ejercieron presión sobre mí para indultar al asesino", dijo la mujer.
El fótografo Arash Khamooshi, de la agencia iraní ISNA, captó la secuencia de imágenes cuando se disponía a fotografiar la ejecución de Balal, de 20 años de edad, que tenía los ojos cubiertos con una cinta negra y grilletes en los pies.
Cuando llegó al lugar de la ejecución, Balal lloraba y gritaba que lo perdonaran por haber apuñalado y asesinado a Hosseinzadeh, de 18 años, durante una pelea callejera en la ciudad de Royan (Irán). En ese entonces, el victimario tenía 13 años.
Pero segundos antes de que se quitara el banco que sostenía al sentenciado, llegó la mujer que protagonizó el acto de piedad,
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