El reconocido medio internacional realizó un análisis de las políticas económicas de ambos países. Concluyó que pasada la bonanza a base de la renta de la soja y el petróleo, se encaminan a ser los peores del continente
En su edición impresa, la revista The Economist, de Londres, analizó la situación actual de la economía argentina y venezolana y las perspectivas a futuro de mantenerse las actuales políticas oficiales sobre la temática.
El artículo comienza preguntándose si alguno de estos dos países podría ser catalogado como un "caso atípico" dentro del contexto sudamericano, título ingrato atribuido generalmente a Grecia en el contexto de la crisis del euro. Sobre el final, consideró que mientras la Argentina puede ser considerada de esa manera, a Venezuela probablemente le quepa aún una peor denominación.
"Ambos han estado viviendo a lo grande durante años, alegremente repartiendo el producto de un auge de los commodities irrepetible (el petróleo en Venezuela, la soja en la Argentina). Ambos han estado usando una combinación de intervenciones de los bancos centrales y los controles administrativos para mantener los tipos de cambio, provocando que la inflación se eleve. Ambos se enfrentan ahora un merecido devenir", augura el matutino.
Entre las problemáticas compartidas, se destacan las dificultades para mantener el dólar a raya, la caída de las reservas y la inflación, la cual tiene un futuro incierto.
Según el análisis del artículo de The Economist, la Argentina reaccionó ante este panorama y dio "un paso vacilante" hacia la normalidad, cuando anunció una liberalización parcial del cepo a las monedas extranjeras. En cambio, Venezuela insiste en profundizar sus políticas, complicando aún más su situación.
En su análisis final, el medio concluye que "sin una gran inyección de dólares de la empresa petrolera estatal, Petróleos de Venezuela, lo que trae en el 96% de los ingresos en divisas, la crisis continuará. Mejores condiciones para los inversores extranjeros en la industria del petróleo traerían el efectivo que tanto necesitan y aumentar la producción estancada. Pero a menos que el Gobierno abandone su antipatía hacia el capital privado, la perspectiva de la nueva inversión es tenue. La situación de escasez de bienes sólo es susceptible de empeorar. Si la Argentina es un caso atípico, Venezuela corre el riesgo de perderse en una categoría totalmente diferente".
Fuente: www.infobae.com