La revista Civiltà Cattolica publicó este viernes el contenido de la charla que el Papa mantuvo con los Superiores Generales de las órdenes religiosas al final de su Asamblea, que tuvo lugar a fines de noviembre pasado. Les dejamos algunas cosas de las que trató.
Citando a Benedicto XVI, Bergoglio reiteró que "la Iglesia crece por testimonio, no por proselitismo" y que el testimonio que realmente puede atraer es el de "las actitudes que no son las habituales: la generosidad, el desapego, el sacrificio, el olvidarse de sí para ocuparse de los otros".
"La Iglesia debe ser atractiva -dijo Francisco-. ¡Despertar al mundo!". Y pidió a los presentes ser testimonio de "un modo distinto de hacer, de actuar, de vivir en este mundo". "Los religiosos deben ser hombres y mujeres capaces de despertar al mundo", insistió.
También señaló que un religioso "jamás debe renunciar a la profecía", entendida ésta como "hacer ruido", "algunos dicen 'lío' (...), en realidad, su carisma es aquél de ser levadura: la profecía anuncia el espíritu del Evangelio".
Para Jorge Bergoglio, hay que salir de la "calma y tranquilidad" de "una posición central" porque la realidad se entiende mejor "escapando del centralismo y de los enfoques ideológicos". "Los grandes cambios de la Historia se realizaron cuando la realidad fue vista, no desde el centro, sino desde la periferia", aseguró.
"¿Cómo anunciar a Cristo a estos chicos y chicas? ¿Cómo anunciar a Cristo a una generación que cambia? Es necesario estar atentos a no suministrarles una vacuna contra la fe", dijo, como admitiendo que con frecuencia el discurso poco aggiornado o críptico de algunos religiosos tiene un efecto contraproducente.
Además mencionó que "no se resuelven los problemas [en la formación religiosa] simplemente prohibiendo hacer esto o aquello. Es necesario mucho diálogo, mucha confrontación", dijo. Y advirtió que, si no se permite ese diálogo, se genera hipocresía, "fruto del clericalismo, que es uno de los males más terribles". Recordó que alguien le aconsejó una vez que, si deseaba seguir adelante en su formación como seminarista, debía pensar claramente y hablar oscuramente. "Era una clara invitación a la hipocresía. Es necesario evitarla a toda costa", sentenció. "La formación es una obra artesanal, no policíaca. Tenemos que formar el corazón. De otro modo formamos pequeños monstruos", insistió.
Otro valor que rescató en la formación fue el de la fraternidad, que algunos eluden por individualismo o para evitar el conflicto. Pero "en todas las familias y en todos los grupos humanos hay conflictos", señaló. Y el conflicto "debe ser asumido, no ignorado", porque de lo contrario, explota, fue la advertencia de Bergoglio.
Fuente: www.infobae.com