El régimen Corea del Norte ejecutó en público a 80 ciudadanos en siete ciudades del país por delitos menores como ver películas de Corea del Sur, distribuir pornografía o poseer biblias, aseguró hoy el diario surcoreano Joongang.
Las autoridades del país vecino llevaron a cabo las ejecuciones masivas el pasado 3 de noviembre, según el diario, que citó como informante a "una fuente (anónima) familiarizada con los asuntos internos de Corea del Norte que visitó recientemente el país".
La fuente explicó que el proceso tuvo lugar en siete ciudades, entre ellas Wonsan, Chongjin y Sariwon, mientras en la capital, Pyongyang, no se produjeron ejecuciones.
Visualizar o traficar con películas de Corea del Sur, distribuir contenidos pornográficos, trabajar en la prostitución o poseer biblias son los delitos que, según el informante, justificaron las presuntas ejecuciones masivas.
La fuente del diario Joongang citó a testigos de las ejecuciones en la ciudad de Wonsan (al sureste del país) al relatar que las autoridades norcoreanas reunieron a 10.000 personas en un estadio para presenciar el fusilamiento de ocho condenados.
Los cómplices y los familiares de las víctimas implicados en los presuntos delitos fueron enviados a campos de prisioneros, según la fuente del diario surcoreano.
La legislación norcoreana no contempla pena de muerte para delitos relativamente leves como los mencionados por lo que, en caso de ser cierta la información publicada por el Joongang, las recientes ejecuciones podrían interpretarse como un gesto de advertencia a la población.
A finales de agosto otro diario surcoreano, el Chosun, aseguró que una supuesta exnovia del líder Kim Jong-un, así como varios miembros de una orquesta, habían sido ejecutados por presuntamente fabricar y distribuir vídeos pornográficos.
A pesar de la gran relevancia mediática de aquel supuesto suceso y al igual que ocurre con el caso de las ejecuciones del pasado día 3, el extremo hermetismo del régimen norcoreano hace imposible certificar que las informaciones difundidas son ciertas.
Fuente: www.elobservador.com.uy