Hace aproximadamente treinta años adquirí en la ciudad de Bogotá un cassette titulado “poemas a la vida y al amor I” de Sandy Gaviota; siempre sentí en esa voz una fuerza poderosa que requería del viento para volar hacia cielos insondables para pactar una cita con la poesía y con el amor. Después de tres décadas me vuelvo a encontrar con esta poetisa y declamadora con una nueva y bella producción poética que nos hace sentir que, efectivamente, Sandy Gaviota nació para la palabra, para decirnos y hacernos sentir cosas que se revuelven extraviadas en la cotidianidad de nuestros días.
Esta vez podemos escuchar su voz en un disco compacto que próximamente saldrá al mercado nacional e internacional y que, sin duda alguna, merecerá el reconocimiento de todos los cultores de la palabra y la poesía. Son 23 producciones literarias, incluida una hermosa presentación, acompañadas de fondos musicales que recrean su palabra y sus sentimientos. Inspiraciones como Así escribo, Cómo quisiera, Nuestro camino, Confesiones raras, Conmigo a solas, Cierra tus ojos, Si me tengo que ir, La Tea, entre otras nos transportan hacia mundos llenos de amor, paz y sensibilidad. Nos toca una y otra vez con su melodiosa palabra permitiéndonos encontrar con la vida y, paradójicamente con la muerte.
Sandy Gaviota, esa amorosa Tea, que nos cuestiona dónde nace el amor permitiéndonos entender que es una contradicción que surge en las manos de un niño, de un hijo o simplemente de un recuerdo. En su voz encontramos el misterio de la palabra que se cuestiona a sí mismo el valor de ser poeta, el sentido de escribir y la fuerza para expresar aquello que se siente a pesar del temor que puede surgir en la intimidad del otro, de aquel que encerrado en sus mundos no admite otras miradas en los mismos paisajes.
En Soy mujer nos recuerda instantes de su vida surgidos del tiempo y la experiencia, Se confiesa gaviota y poeta y dice una y otra vez que nació mujer para vivir entre rosas y violines o entre rosas y llantos. Una bella expresión que nos permite encender la tierra con el fuego producido por el alma de una mujer. Igualmente nos reafirma el sentimiento de patria enmarcada en calles de niñez y pasos lentos retratados por ojos fugaces y labios ocultos. Enamorada de su Bogotá que canta entre risas y velas de sus antepasados, colores y cintas que se confunden con notas sonoras y tristes de sus legendarias calles y avenidas.
Todo esto es Sandy Gaviota, una poeta nacida para cantarle al hombre mientras realiza su viaje solitario por un universo extraño, místico y misterioso. Bienvenida una vez más Sandy al universo de la palabra, nos has transmitido tus sentimientos, tu crecer, tu amar, tus quimeras e ilusiones. Con esa paciencia has construido un palacio de palabras habitado por esa promesa de seguir regalándonos tu figura a través de tu palabra para que algún día podamos, los seres que te amamos, presenciarte en tu volar de gaviota esa promesa de siempre continuar volando entre cielos y palabras. Gracias Sandy, nos arrancaste una lagrima y muchas risas pintadas de nostalgias. Solo un abrazo en ese largo vuelo para que nos lleves silenciosa en el batir de tus doradas alas.
[email protected]
