ANALISIS DE LA OBRA DE TEATRO YO ULRIKE, GRITO, DE DARIO FO
La obra es un monólogo, con Ulrike Meinhof, pareja de Andreas Baader, líder de la banda Baader Meinhof, un grupo extremista cuyos líderes fueron arrestados por la policía federal alemana acusados de terrorismo y que murieron en tortuosas y extrañas circunstancias no aclaradas. El monólogo transcurre ante el asedio de quienes la torturan, y ella explora en los mundos de su mente desdibujada, los peligros que la acechan desde las cavernas de la locura provocada por el encierro. Es como si “Fuga del silencio”, la novela de Norma López fuera dramatizada.
Los elementos que hacen creíble la dramatización que si se adapta bien al texto, es la blancura del lugar como celda de locos.
Me gustó la obra, porque yo mismo he representado monólogos de mi autoría, y he escrito obras de teatro, y obtuve el 2do lugar nacional de escritores de teatro para adolescentes en 1993 en el 6 certamen José María Fernández Unsaín, y sé valorar una buena obra.
MI REFLEXION
Ulrike es mujer, como muchas que en todo el mundo sufren la violencia de las palabras, la esclavitud de querer ser disueltas para no opacar el sentido masculino de la sociedad, pues la opresión desdibuja el sentido de la Humanidad.
Es increíble que, a pesar de la distancia de tiempo en el que Darío Fo al lado de su esposa, publicaran esta obra, sigue siendo realmente una monstruosidad el trato en especial a las mujeres, cuando ya se pide una alerta de género nacional en nuestro país, por la ola de crímenes perpetrados contra esta sección tan importante de la población.
Vivimos en el tiempo de la sinrazón, donde los valores se han desleído en la máquina del conformismo, y los feminicidios cobran fuerza, siendo Juárez y Playa del Carmen lugares de culto para sus muertes...Las muertas de Juárez claman desde la cárcel de silencio de Ulrike, buscando ser redimidas del vacío, mientras el sistema complota contra la verdad para no resolver los crímenes.
Vivimos en los tiempos del hedonismo, del dejar hacer, dejar pasar, y nos lleva a la culpa del pecado que nos separa como humanidad, y nos deja en el solsticio de la locura más aviesa.
Ulrike, periodista alemana sujeta a proceso por un estado alemán impregnado de represiones, sufre y lo deja ver en esta breve expresión dramática.
Asedio.
Tortura.
Silencio.
Muerte.
El monólogo solo refleja a los muertos de Ayotzinapa, a las víctimas de Acteal.
Refleja a los 53 millones de hambrientos que son apaleados con juegos del hambre, divertidos con partidos mediocres de futbol carnavalesco.
México es Ulrike.
Hundido en el silencio de su complicidad.
Se prohíbe todo.
Se prohíbe pensar.
Se prohíbe vivir...