Las cosas están cambiando de forma descarada, razón por la que cada quien tomará decisiones según crea o comprenda. Nosotros empezamos hace ya algún tiempo.
Está tan mala la programación en tv, que prácticamente lo último que medio veíamos eran “algunos” noticieros (.) y una que otra cinta medianamente aceptable —“Un plan brillante” o “Erin Brockovich” son verdaderas rarezas ya— . En realidad solo quedan por ahí dos o tres canales que emiten algo de valor; el resto da grima… porque lo que emite es programación premeditadamente envenenada. Pagar el cable está resultando costo-beneficio muy malo.
De la radio sí que es cierto que las cosas están para recoger. Ahí quedaba “algo”, pero por algo que “percibimos” hoy —creen que somos idiotas. Los envenenadores están por todos lados— también esa emisora la vamos a enviar al basurero, quedando muy mal las cosas entonces: porque el resto ya no aporta nada.
¿Qué hacer? Bueno, con la radio ya no hay nada que hacer, guardaremos los “transistores” para los casos emergencia. Y decimos “TRANSISTORES”, porque los de conexión a fuente definitivamente se van al desván. En cuanto a la tv, estamos SOPESANDO —costo-beneficio— la decisión definitiva. De la cacareada tv-tdt sólo un par de canales aportan algo. Por supuesto que la tv no la mandaremos al cuarto de san Alejo, pues ya le tenemos trabajo.
¿Pero, por qué está pasando eso? Por el “envenenamiento”; el mal ejemplo cunde. Y es que la cosa está por todos lados… incluso “donde SE OCURRIÓ”, y que estábamos esperando que sucediera.
Estos días “asistimos” a un examen sobre la crisis “que padecen” los medios, y las “respuestas” que surgieron ahí no hicieron sino hacernos soltar una gran carcajada.
En general, las personas tendrán que decidir lo que van a hacer; es de cada quien su mejor decisión; si quiere sobrevivir.
Buen día.
Jueves, 2 de noviembre de 2017.