LA DURA DERROTA DE CFK NO LE DA MAS MARGEN DE EXCUSAS AL GOBIERNO...
EL PUEBLO LE SIRVIÓ EL TRIUNFO AL GOBIERNO PARA QUE ESCRIBA UNA NUEVA HISTORIA...
Por Santiago Oreggia.
CFK ayer vio enterrado definitivamente su chiquitaje político que termino con la soberbia de imponer su pensamiento por creerse la dueña de gobernar para todos, con privilegio sobre los que más sufren a los que victimizo fruto de la corrupción descarada que hizo gala en su tiempo de gobierno.
Ayer perdió mucho más que una elección condenando a la derrota al peronismo al que se cansó de usar y humillar desvirtuando sus propias bases dictaminadas por Perón.
Desde que Cristina asumió el poder, en el año 2007, el peronismo perdió cuatro de las cinco elecciones a las que se presentó: nunca antes había pasado eso en su historia, es un verdadero récord.
Una y otra vez, con los mismos métodos, su liderazgo lo guio hacia la división y la derrota.
El kirchnerismo pronunciaba un mundo que no existía en la realidad de la cuadra y el barrio de las personas que lo terminó agotando.
La soberbia de CFK empujo al fracaso al manejable " Daniel Scioli haciéndolo acompañar del dirigente más reactivo que ella misma pergeñó: Carlos Zannini, redujo al 5 por ciento a Florencio Randazzo que prefirió cumplir su palabra antes que hociquear ante la otrora dueña de todo el poder de quien dijo en su soberbia lunática:
. "No va a discutir con quien fue su ministro".
Ella forjó sus derrotas.
Y eso entierra definitivamente para siempre, de las aspiraciones de volver aunque el relato no ha concluido, aunque en el poder ya no están los relatores.
Es cierto que Unidad Ciudadana creció marginalmente respecto de las elecciones de agosto.
Pero, al final de todo el proceso, a Cristina le fue peor en estas elecciones que al maltratado Daniel Scioli en 2015. Scioli le ganó por siete puntos a Mauricio Macri en la provincia de Buenos Aires.
Cristina perdió por cuatro con Esteban Bullrich.
Cristina no perdió la elección de ayer porque confrontó con los poderes concentrados sino porque la sociedad se cansó de su cinismo descarado y de la corrupción que hizo gala durante su gobierno que la enriqueció vilmente con los fondos públicos.
CFK perdió porque recibió justicia de la población justicia que la propia justicia no hizo nada hasta hora.
Justicia que a pesar de sus fueros ahora deberá enfrentar.
A partir de ahora para el gobierno no hay más excusas.
Cambiemos necesita pactar las leyes con la oposición siendo consiente que la temida inflación continua y que el 30% de los argentinos está sumergido en la pobreza, lo que le impide encarar ajustes draconianos.
El oficialismo tuvo más votos que legisladores.
Será la primera minoría del Congreso, pero minoría al fin.
Macri tiene la fatal responsabilidad de no defraudar expectativas y comenzar a dar soluciones sin recurrir siempre tocando el bolsillo de la gente.
Los problemas no han desaparecido y comenzar a darle soluciones es ahora la historia que al Presidente le falta escribir.
