Acompañado de mi esposa, me acerco a través de la avenida paseo del puerto al Restaurant “Fernando 100 agave”. Son cerca de las nueve de la noche y a esta hora, Mahahual luce fantástico. Con una discreta iluminación que le da un aspecto acogedor, subimos por un par de escaleras y llegamos a nuestra mesa, presentada con una botella artesanal de agave que contenía agua fresca. Nada más nos sentamos y los amables meseros nos asentaron unas salsas riquísimas de chocolate, tamarindo, habanero y una mezcla especial de tomate y cebolla, a la par de unos cocteles de cortesía. Una linda joven nos lleva los menús y luego de revisar todo tipo de manjares deliciosos, nos inclinamos ella y yo, por “papas a la crema con queso parmesano”. Mientras la comida llegaba, comimos trocitos de pan con salsa de chocolate y las demás, así como totopos. Después, cuando llegan nuestros platos que disfrutamos por el sabor y el perfecto cocido, un jovencito llamado Luis, que es del pueblo, nos hizo las figuras de una flor y un grillo con hojas de palma que enlaza con habilidad. Le regalamos una moneda por su esfuerzo tan hermoso traducido en piezas de arte inolvidables. El restorán se fue llenando con jóvenes extranjeros que degustaban las delicias para el paladar de su variado menú. Mientras mi esposa y yo platicábamos en ese acogedor ambiente, llevándonos recuerdos imborrables, tomando algunas fotos.
Al fin, nos despedimos del amable personal, no sin antes tomarles fotos y agradeciendo las atenciones tan esmeradas.
Fue una verdadera experiencia el visitar este fantástico restorán Fernando 100 Agave.
Lo recomendamos ampliamente.