Por: Santiago Oreggia
El ex ministro de Planificación durante los dos gobiernos kirchneristas, Julio De Vido, quien dice sentirse perseguido judicial y políticamente en una decisión vergonzosa para la sociedad argentina consiguió evitar su expulsión en Diputados.
Para eso contó con los votos de su bloque del Frente para la Victoria.
Pero también hubo aliados extrapartidarios: el Movimiento Evita, otros sectores peronistas, además de la izquierda y de partidos provinciales.
Y su propio voto, claro.
En total votaron 237 legisladores y hubo 20 ausentes.
Los resultados finales fueron 138 afirmativos, 95 negativos y 3 abstenciones. Aquí el listado entero de los que votaron por salvar a De Vido.
Quiere decir que contó con el apoyo de “98 legisladores que apoyan la corrupción como forma de gobierno”.
El diputado del “festejo” Julio De Vido cuenta a la fecha con cinco procesamientos, cerca de una treintena de imputaciones y más de 80 denuncias.
Está a un paso de dos juicios orales: el segundo que se realiza por la tragedia ferroviaria de Once, en la que murieron 51 personas y más de 700 resultaron heridas, y el que comenzará por la compra de trenes chatarra a España y Portugal, entre 2007 y 2011, que motivó la detención de Ricardo Jaime, ex secretario de Transporte de la Nación y, por ende, funcionario que dependía en forma directa de De Vido.
A todas las personas sospechadas de haber cometido múltiples delitos las persigue la Justicia.
Es lo que corresponde.
Si hoy también lo acorrala buena parte de la política y de la sociedad es porque afortunadamente existe una mayor toma de conciencia respecto de los estragos que provoca la corrupción.
Con excepción de la cerrada defensa que el kirchnerismo realiza en torno a De Vido, en el resto de las bancadas apoyo su expulsión.
Sin embargo, si se lo expulsaba podría crearse con este caso testigo un antecedente con el senador riojano Carlos Menem, quien, como agravante, cuenta ya con dos condenas por contrabando de armas a Croacia y a Ecuador e impedir a Cristina Fernández de Kirchner a obtener una banca en la Cámara alta, ya que cuenta con tres procesamientos judiciales.
Pero el espíritu corporativo del kirchnerismo y sus aliados impidieron la búsqueda de la verdad y a la sanción de los culpables demostrando una vez más claramente la corrupción imperante en sus filas y dando por sentado su total apoyo a la corrupción por más que quieran defender en plena campaña política disfrazar la verdad de sus actos.
Las consecuencias son lamentables para la república que da otro paso atrás con un Congreso de la Nación gobernado por la mayoría corrupta.
No solo son culpables de esta corrupción los legisladores, sino por el contrario los ciudadanos que los votaron los cuales callados guardan un silencio religioso como su jefa CFK.
En un país que va de mal en peor queda en manos de la justicia que De Vivo pague lo que robó estos años.