El Grado de la Marca moderno, una de las joyas en la corona masónica, se ha desarrollado lentamente a través de muchos años y hoy abarca muchas hermosas enseñanzas de gran valor, en particular, con el versículo tomado del Salmo 118, “la piedra rechazada por los constructores se convirtió en la piedra angular del edificio”, lo que nos ayuda a contemplar simbólicamente las fortalezas y debilidades de la naturaleza humana desarrolladas en el drama representado en este Grado.
El Grado tiene una identidad independiente del Simbolismo, pero en muchas partes del mundo, el Grado esta parcialmente sometido a la administración del Simbolismo, en donde se lo considera como una extensión del grado de Compañero. Aún así, en ambas tradiciones, el Grado de la Marca es considerado por todos sus adherentes como el cuarto paso regular dentro de la Francmasonería, no sólo por los principios y dogmas inculcados en el grado sino también porque abre las puertas a otros grados y órdenes y por lo tanto habilita a obtener mayores conocimientos dentro de la Francmasonería.
La calificación necesaria para ingresar es solo la de Maestro Masón. Los emolumentos son muy moderados, y a veces menores que en el Simbolismo y las Tenidas usualmente se limitan a tres o cuatro por año, de manera tal que los Hermanos mas jóvenes no encontrarán que el ser miembro interfiere excesivamente con sus otras actividades.
La alegría de los miembros es uno de los primeros objetivos de la Masonería de la Marca y tomamos muy en cuenta preservar esta actitud como una de los hitos virtuales de la Orden en seguimiento del cual el Grado de la Marca mantiene su propio Fondo de Beneficencia.