Testimonios no cristianos de la existencia de Jesús de Nazareth

 
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No fue considerado significativo para los historiadores de su tiempo aunque Flavio Josefo y Tácito se refieren a Cristo en sus escritos

Testimonios no cristianos de la existencia de Jesús de Nazareth

Por M. Arrizabalaga, en bbc.com, Madrid, 17 de abril de 2014 00:00h, Sociedad

¿Padeció bajo el poder de Poncio Pilato? De la existencia de Jesús de Nazareth no duda ningún historiador serio. Para el historiador especializado en culturas antiguas Michael Grant, ya fallecido, hay más evidencia de que existió Jesús que la que tenemos de famosos personajes históricos paganos.

También James H. Charlesworth escribió: «Jesús sí existió y sabemos más de él que de cualquier palestino judío antes del 70 d.C.». E. P. Sanders en «La figura histórica de Jesús» afirma: «Sabemos mucho sobre Jesús, bastante más que sobre Juan el Bautista, Teudas, Judas el Galileo y otra de las figuras cuyos nombre tenemos de aproximadamente la misma fecha y el mismo lugar». y F.F. Bruce, autor de «¿Son fidedignos los documentos del Nuevo Testamento?», sostiene que «para un historiador imparcial, la historicidad de Cristo es tan axiomática como la historicidad de Julio César».

«La muerte en cruz es el hecho histórico mejor atestiguado de la biografía de Jesús», señala a ABC Santiago Guijarro, catedrático de Nuevo Testamento de la Facultad de Teología de la Universidad Pontificia de Salamanca.

Jesús no fue considerado como significativo por los historiadores de su tiempo. Si aparece en la literatura pagana y judía de la época fue por el empuje de los cristianos que le siguieron. «Ninguno de los historiadores no cristianos se propuso escribir una historia de los comienzos del cristianismo, y por esta razón sólo mencionan los acontecimientos que tenían alguna relevancia para la historia que estaban contando. Sin embargo, el valor de estos datos puntuales es muy grande», explica Guijarro en «El relato pre-marcano de la Pasión y la historia del cristianismo».

El historiador norteamericano John P. Meier relata en «Un judío marginal. Nueva visión del Jesús histórico» cómo «cuando en conversaciones con gente de la prensa y el libro (...) ésta fue casi invariablemente la primera pregunta: Pero ¿puede usted probar que existió? Si me es posible reformular una interrogación tan amplia en una más concreta como «¿Hay pruebas extrabíblicas en el siglo I d.C. de la existencia de Jesús? Entonces creo que, gracias a Josefa (Flavio Josefo), la respuesta es sí».

Flavio Josefo (93 d.C.)

El historiador judío romanizado (37 a 110 d.C.) recoge en el texto conocido como «Testimonium flavianum» de su libro «Antigüedades judías (91-94)» una referencia a Jesús que si bien se cree que fue retocada con las frases abajo entre paréntesis, se considera auténtico: «En aquel tiempo apareció Jesús, un hombre sabio, (si es lícito llamarlo hombre); porque fue autor de hechos asombrosos, maestro de gente que recibe con gusto la verdad. Y atrajo a muchos judíos y a muchos de origen griego.

(Él era el Mesías) Y cuando Pilato, a causa de una acusación hecha por los principales de entre nosotros lo condenó a la cruz, los que antes le habían amado, no dejaron de hacerlo. (Porque él se les apareció al tercer día de nuevo vivo: los profestas habían anunciado éste y mil otros hechos maravillosos acerca de él) Y hasta este mismo día la tribu de los cristianos, llamados así a causa de él, no ha desaparecido».

En Ant. 20.9.1. también hace referencia a «Jesús, que es llamado Mesías» al dar cuenta de la condena a Santiago a ser apedreado.

Tácito (116 d.C.)

El historiador romano (56 a 118 d.C) menciona a «Cristo» en sus «Anales» escritos hacia el año 116 d.C. al hablar sobre Nerón y el incendio de Roma en el año 64. Informa de la sospecha que existía de que el propio emperador había ordenado el fuego y recoge cómo «para acallar el rumor, Nerón creó chivos expiatorios y sometió a las torturas más refinadas a aquellos a los que el vulgo llamaba “crestianos”, [un grupo] odiado por sus abominables crímenes. Su nombre proviene de Cristo, quien bajo el reinado de Tiberio, fue ejecutado por el procurador Poncio Pilato. Sofocada momentáneamente, la nociva superstición se extendió de nuevo, no sólo en Judea, la tierra que originó este mal, sino también en la ciudad de Roma, donde convergen y se cultivan fervientemente prácticas horrendas y vergonzosas de todas clases y de todas partes del mundo».

Los historiadores consideran a Flavio Josefo y Tácito como los testimonios primitivos independientes relativos al mismo Jesús más consistentes, aunque también hay otras fuentes que recogen datos sobre los primeros cristianos:

Plinio, el joven (112 d.C.)

Procónsul en Bitinia del 111 al 113 y sobrino de Plinio el Viejo. Se conservan 10 libros de cartas que escribió. En la carta 96 del libro 10 escribe al emperador Trajano para preguntarle qué debía hacer con los cristianos, a los que condenaba si eran denunciados. En ella cita tres veces a Cristo y señala que los cristianos decían que toda su culpa consistía en reunirse un día antes del alba y cantar un himno a Cristo «como a un dios»:

«Decidí dejar marcharse a los que negasen haber sido cristianos, cuando repitieron conmigo una fórmula invocando a los dioses e hicieron la ofrenda de vino e incienso a tu imagen, que a este efecto y por orden mía había sido traída al tribunal junto con las imágenes de los dioses, y cuando renegaron de Cristo (Christo male dicere). Otras gentes cuyos nombres me fueron comunicados por delatores dijeron primero que eran cristianos y luego lo negaron. Dijeron que habían dejado de ser cristianos dos o tres años antes, y algunos más de veinte.

Todos ellos adoraron tu imagen y las imágenes de los dioses lo mismo que los otros y renegaron de Cristo. Mantenían que la sustancia de su culpa consistía sólo en lo siguiente: haberse reunido regularmente antes de la aurora en un día determinado y haber cantado antifonalmente un himno a Cristo como a un dios. Carmenque Christo quasi deo dicere secum invicem. Hacían voto también no de crímenes, sino de guardarse del robo, la violencia y el adulterio, de no romper ninguna promesa, y de no retener un depósito cuando se lo reclamen».

Trajano contestó a Plinio diciéndole que no buscara a los cristianos, pero que, cuando se les acusara, debían ser castigados a menos que se retractaran.

Suetonio (120 d.C.)
El historiador romano (70-140 d.C.) hace una referencia en su libro «Sobre la vida de los Césares» donde narra las vidas de los doce primeros emperadores romanos. En el libro V se refiere a un tal «Chrestus» al mencionar la expulsión de los judíos de Roma ordenada por el emperador Claudio: «Expulsó de Roma a los judíos que andaban siempre organizando tumultos por instigación de un tal Chrestus».

La mayoría de los historiadores coinciden en que Chrestus es Cristo porque era frecuente que los paganos confundieran Christus y Chrestus y no existe ningún testimonio sobre ningún Chrestus agitador desconocido.

En los Hechos de los Apóstoles se recoge este acontecimiento: «[Áquila y Priscila] acababan de llegar [a Corinto] desde Italia por haber decretado Claudio que todos los judíos saliesen de Roma».

Luciano (165 d.C.)

El escritor griego Luciano de Samosata satiriza a los cristianos en su obra «La muerte de Peregrino»: «Consideraron a Peregrino un dios, un legislador y le escogieron como patrón…, sólo inferior al hombre de Palestina que fue crucificado por haber introducido esta nueva religión en la vida de los hombres (...) Su primer legislador les convenció de que eran inmortales y que serían todos hermanos si negaban los dioses griegos y daban culto a aquel sofista crucificado, viviendo según sus leyes».

Mara Bar Sarapión (Finales del siglo I)

Existe una carta de Mara Ben Sarapión en sirio a su hijo en la que se refiere así a Jesús, aunque no lo menciona por su nombre: « ¿Qué provecho obtuvieron los atenienses al dar muerte a Sócrates, delito que hubieron de pagar con carestías y pestes? ¿O los habitantes de Samos al quemar a Pitágoras, si su país quedó pronto anegado en arena? ¿O los hebreos al ejecutar a su sabio rey, si al poco se vieron despojados de su reino? Un dios de justicia vengó a aquellos tres sabios. Los atenienses murieron de hambre; a los de Samos se los tragó el mar; los hebreos fueron muertos o expulsados de su tierra para vivir dispersos por doquier. Sócrates no murió gracias a Platón; tampoco Pitágoras a causa de la estatua de Era; ni el rey sabio gracias a las nuevas leyes por él promulgadas».

Celso (175 d.C.)

En «Doctrina verdadera» ataca a los cristianos. Aunque no se conserva su libro, sí muchas de sus citas por la refutación que escribió Orígenes unos 70 años después.

«Colgado» en el Talmud

El gran erudito judío Joseph Klausner ya escribió a principios del s.XX que las poquísimas referencias del Talmud a Jesús son de escaso valor histórico. En el tratado Sanhedrin 43a se menciona a «Yeshú»: «Antes pregonó un heraldo.

Por tanto, sólo (inmediatamente) antes, pero no más tiempo atrás. En efecto contra esto se enseña: ´En la víspera de la pascua se colgó a Jesús´. Cuarenta días antes había pregonado el heraldo: ´Será apedreado, porque ha practicado la hechicería y ha seducido a Israel, haciéndole apostatar. El que tenga que decir algo en su defensa, venga y dígalo´. Pero como no se alegó nada en su defensa, se le colgó en la víspera de la fiesta de la pascua».

«Muy probablemente el texto talmúdico se limita a reaccionar contra la tradición evangélica», considera John P. Meier en «Un judío marginal. Nueva visión del Jesús histórico»

Publicado en:

http://www.abc.es/sociedad/20140417/abci-testimonios-cristianos-existencia-jesus-201403101319.html?ns_campaign


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"Ver para creer" y otras 4 frases populares que tienen su origen en Semana Santa

En: bbc.com, 14 de abril de 2014, Educación, 18:41

Son muchas las frases que decimos y escuchamos cotidianamente que tienen un origen religioso. Aprovechando que es Semana Santa, le contamos algunas de ellas.

Cuando a Santo Tomás, uno de los 12 apóstoles de Cristo, le dijeron que Jesús volvería de entre los muertos, no lo creyó.

Según el evangelio de Juan (20:24-29), Tomás llegó a decir: "Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré".

Cuando Jesús de Nazaret resucitó, según la Biblia, fue al encuentro de sus apóstoles y recriminó a su escéptico seguidor, porque necesitó "ver para creer".

"Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron", dijo Cristo, quien habría resucitado al tercer día de haber sido crucificado, según los evangelios del Nuevo Testamento.

Más de 2.000 años después de la vida, pasión y muerte del "hijo de Dios", escuchamos la frase "ver para creer" en muchos contextos.

Cuando desconfiamos de una hazaña atlética, dudamos de la belleza de algún lugar o no le damos crédito a una narración fantástica acostumbramos decir "ver para creer".

Tal vez sin saberlo, recreamos un pasaje bíblico cada vez que usamos esa frase para dejar constancia de nuestra incredulidad.

Y no es la única.

Son muchas las frases que decimos y escuchamos cotidianamente que tienen un origen religioso.

Aprovechando que es Semana Santa, le contamos algunas de ellas.

"Yo me lavo las manos"
"Entonces Pilato, viendo que nada adelantaba, sino que más bien se promovía tumulto, tomó agua y se lavó las manos delante de la gente diciendo: ‘Inocente soy de la sangre de este justo. Vosotros veréis‘". (Mateo 27:24).

Así, Poncio Pilato, un prefecto de Judea de ese entonces, se desentendía de la decisión popular de crucificar a Jesús.

Por la Pascua, la autoridad le había dado la posibilidad a la multitud de salvar a uno de los condenados a morir, y la gente eligió al célebre bandolero Barrabás en lugar de Jesús, el "rey de los judíos".

Los evangelios cuentan que, una semana antes y en ese mismo lugar, Jesús fue aclamado como rey por la misma muchedumbre que después decidiría que fuese crucificado.

Jesús de Nazaret sería torturado y humillado antes de ser clavado en una cruz de madera, hechos por los que Poncio Pilato "se lavó las manos".

De esta forma, este hombre pasó a la historia como el símbolo de la conveniencia personal y su frase se repetiría millones de veces para dar a entender que no se asume responsabilidad por lo que está por suceder.

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"El beso de Judas"

Si le dices Judas a alguien que no se llama Judas, es muy posible que estés insinuando que es un traidor.

Lo que le hizo el apóstol Judas Iscariote a Jesús de Nazaret se convirtió en un símbolo de la deslealtad.

Según los evangelios, el apóstol reveló la ubicación de su maestro para que fuera capturado y ejecutado a cambio de 30 monedas de plata.

Judas no sólo filtró el lugar donde Jesús podría ser descubierto y atrapado, sino que también lo señaló a través de un gesto.

"‘Al que yo besare, ese es: prendedle‘. Y enseguida se acercó a Jesús y dijo ‘¡Salve, maestro!‘. Y le besó". (Mateo 26:48-49).

Incluso en nuestros días se mantiene la polémica sobre cuál fue el verdadero papel que jugó el apóstol en la muerte de Jesús, pero pocos dudan que "el beso de Judas" significa traición.

"No sólo de pan vive el hombre"

La cuaresma precede a la Semana Santa.

Es el periodo que representa los 40 días y 40 noches de ayuno que atravesó Jesús en el desierto, aguantando las tentaciones del demonio.

"No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios" (Mateo 4:4), le dijo Jesús al "tentador" cuando este lo desafió a convertir rocas en pan.

Aquella respuesta de Cristo ahora es multipropósito, y puede referirse tanto al alimento espiritual como a la necesidad de ir a un partido de fútbol, por ejemplo.

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"Esa es mi cruz"

Los evangelios relatan que Jesús no sólo fue torturado antes de morir, sino que tuvo que cargar con una pesada cruz de madera hasta un lugar llamado Gólgota, donde sería crucificado.

El último periplo del "hijo de Dios" también generó una frase que podemos escuchar en muchos contextos.

Puede ser un trabajo exigente, alguna adicción, alguna persona cercana que nos genera problemas permanentemente o un antiguo amor que no podemos olvidar.

La gente, cuando se refiere a esa "carga" que tiene que sobrellevar suele decir "esa es mi cruz".

Publicado en:

http://www.semana.com/educacion/articulo/frases-populares-que-tienen-su-origen-en-semana-santa/522147



Fuente: www.abc.es
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