Para nadie es un secreto que parcialmente el periodismo dominicano se ha convertido en una prostituta al servicio de quienes administran el Estado o de cuarquier funcionario del gobierno en particular.
Siento desprecio por lo que es hoy y me asusta pensar en lo que será mañana, si la prensa no asume un compromiso ético, responsable y honesto para llevar a cabo su rol social, pero sobre todo sin apegos a ninguna ideología Político-partidista, porque el ejercicio del periodismo no debe ser a favor de la oposición o del oficialismo, su función es deberse al bien común y colectivo del pueblo, a despertar o alertarlo, y sobre todo, a comunicar los hechos noticiosos sin tergiversar las informaciones.
Cabe destacar el decoro y esmero de algunos medios de comunicación y en específico, periodistas al realizar sus labores dentro de la prensa dominicana, y por esa razón han cultivado la credibilidad y confianza de la que hoy gozan en el corazón de los Dominicanos, dejando de esta manera un legado admirable que servirá de ejemplo a muchos estudiantes y ya profesionales de la comunicación social que sienten un compromiso con su País de llegar siempre a la verdad y hacerla pública, por tanto, a esas personalidades que encajan dentro de esas valoraciones quiero manifestarle mi respeto y dejarlos excluidos de lo que voy a expresar a continuación;
En una sociedad representada por un sistema judicial putrefacto, donde imperan las desigualdades sociales, donde reina la corrupción, la delincuencia y un montón de males ancestrales que venimos arrastrando durante los últimos gobiernos, una labor periodística responsable se hace cada vez más imprescindible, pero cuando los comunicadores se dejan usar como bocinas propagandísticas de la politiquería, entonces son vistos como actores del lambonismo.
Es una vergüenza, observar un periodista de profesión, expresandose a favor de los funcionarios públicos, o bien defendiendo a uñas y dientes sus malas o buenas acciones. tendría un tono egoísta de mi parte ver mal cuando un comunicador alaba en forma exagerada una obra de un funcionario Público, sin embargo entiendo que esa no es su labor, esas tareas le competen a un relacionista público, un comunicador no tiene porque enaltecer a un político o funcionario público que cuando asume una función pública se compromete según las leyes a hacer su deber, y por este hacer su trabajo no le está haciendo ningún favor al pueblo.
Claro que el problema no está en resaltar las buenas acciones, el problema está en que forma y que lenguaje utilizamos para hacerlo. Ejemplo he visto Periodistas valiéndose de sus capacidades o facultades profesionales para publicar; “Sutano Perensejo trabajando es el Senador o Diputado que sigue” o el Alcalde o el Presidente que seguirá por tal o cual cosa”. Diría yo que para mantenerse fríos o tal vez para luego solicitar algún favor político a esos funcionarios, constituyendo esto una deshonra para el ejercicio del Periodismo en general, porque el periodismo y la política son dos ciencias contradictorias y por eso nunca deberían estar vinculadas.
La Constitución de la Republica en su artículo 146, sobre la Proscripción de la corrupción; dice que “Se condena toda forma de corrupción en los órganos del Estado y que en consecuencia; será sancionada con las penas que la Ley determine, toda persona que sustraiga fondos públicos o que prevaliéndose de sus posiciones dentro de los órganos y organismos del Estado, sus dependencias o instituciones autónomas, obtenga para sí o para terceros provecho económico. Entonces, son estos incumplimientos y violaciones a las leyes lo que la prensa, a través de los Periodistas, deben investigar para ponerlo en conocimiento del pueblo y las autoridades.
“El Periodismo es un arte y cuando tú lo ejerces para promocionar a un político o un funcionario Público, desde los ojos de la población, eres visto como uno más del montón, o un imbécil que se deja utilizar como objeto - bocina y cualquier otra cosa que por su naturaleza, nada tenga que ver con lo que Deberías ser; Un ente social creíble y respetado, en el cual la sociedad pueda depositar su confianza”.
Dedícate a investigar y denunciar las malas acciones, y no solo de quienes ejercen el servicio público o administran el Estado, sino de todo aquel que con sus actuaciones violente los derechos de las personas serias y trabajadoras de este pueblo, a aquel que altere el orden público, al que sustraiga, al que hurte, a las injusticias sociales, a la inacción de los deberes que les corresponden a los funcionarios, en fin; ejerce el “Periodismo” y deja atrás el “Lambonismo”.
Jean Cristofer Pérez, Estudiante de Derecho.