Avalancha enluta a Mocoa, capital del Putumayo (Colombia)

 
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El viernes 31 de marzo cercana a la media noche y el amanecer del sábado 1 de abril del 2017, se desató una terrible tragedia que enluta el sur occidente de Colombia, y a su capital del departamento del Putumayo, Mocoa, ciudad en el piedemonte amazónico de 60 mil habitantes, debido a la lluvia de días anteriores que culminó (ese viernes) en torrencial aguacero desde las 9 de la noche, y que a las 11 p.m. la gente percibió una crecida de aguas que no permitió dar aviso, como sí lo hicieron por alarma el 19 de octubre de 2014.

Avalancha enluta a Mocoa, capital del Putumayo (Colombia)

Los causes de los 3 ríos que cruzan el poblado: Sangoyaco, Mulato y Mocoa, y otras quebradas aledañas, se desbordaron y arrasaron parte de Mocoa dejando a la fecha (01/04/2017): 207 fallecidos, 203 heridos, cientos de desaparecidos, y la población sin servicio de agua, energía eléctrica, gas, internet, colapsado el hospital y servicios de salud, además del taponamiento por piedras, barro y materiales vegetales y de construcción de las vías de acceso y calles; esto debido a la ubicación montañosa del área de asentamiento de la ciudad, 75% es pendiente o laderas, con 100 barrios de los cuales 17 se inundaron y 2 desaparecieron, según informe de las autoridades locales.

El dolor y tragedia de nuestros conciudadanos está siendo mitigado por el apoyo de las autoridades nacionales, y muchísimos grupos de apoyo, protección y solidaridad, desde los pueblos y ciudades se están formando grupos de apoyo para encausar la ayuda humanitaria y enviarla a Mocoa, ciudad donde la angustia, el sufrimiento, el espanto, el hambre, el frío, la desprotección, la búsqueda de sus seres queridos son las mayores amenazas de la población.
Colombianos, ciudadanos del mundo, Mocoa, está en tragedia y reclama de ti su ayuda oportuna para mitigar el dolor de quienes lo perdieron todo por la furia de la naturaleza.

Fotos (Créditos): En Facebook/Edgar R López - Editor de la Revista impresa Semana Sostenible - Ejército de Colombia vía AP - Revista Semana – Infografía. El Tiempo.

Bernardo Andrade Tapia, redactor internacional de Es Noticia, 01 abril de 2017, 02:32 p.m.

* * *
(1)

Mocoa: ¿Furia de la naturaleza?

El ambientalista Rodrigo Botero, quien conoce y ha estudiado el Putumayo como pocos, explica que la tragedia que enluta al país se debe también a la mano destructora del hombre.

Colombia hoy llora a Mocoa. La tragedia que viven sus cerca de 50 mil habitantes enluta a todo el país. Muchos se preguntan hoy por qué la naturaleza se ensañó contra este refugio enclavado en la frondosa selva amazónica. El sábado cerró con cerca de 300 víctimas fatales y el temor de que esa cifra pudiera aumentar. Otros miles perdieron sus casas, sus bienes y sus posesiones más preciadas. Como relató el alcalde José Castro, la capital del Putumayo está hoy devastada: no hay luz, no hay agua, no hay gas. El hospital está desbordado y las ayudas que quiere enviar todo el país llegan lentamente pues por la avalancha los accesos terrestres quedaron inservibles.

Cualquier lector desprevenido puede entrar a una página web y observar la imagen de satélite de Mocoa. Ubicada a la salida del contacto del rio con la planicie, más de la tercera parte de su casco urbano se encuentra en áreas de antiguas terrazas de este rio. Quienes conocen la capital del Putumayo pueden entender fácilmente porque el desbordamiento de tres ríos generó uno de las peores tragedias que haya vivido la región.

En estos tiempos, donde algunos niegan el cambio climático (no solo su origen), no es prudente ignorar las causas que llevaron a que Mocoa hoy sea el epicentro de semejante tragedia. La ciudad ha sido víctima de la falta planificación urbana que es usual en casi todas las regiones de Colombia. Por una razón u otra, esta cultura nos viene acostumbrando a que solo con víctimas y desastres reaccionamos. El clima cada vez nos cobra más caro esa inacción.

Para entender lo que está sucediendo en Mocoa hoy hay que ubicarse en la inmensidad de sus montañas y sus aguas. La cuenca alta del río Mocoa, como pocas, transcurre en un escenario de belleza singular, desde la parte alta de los Andes, cerca del Sibundoy, hasta llegar al río Caquetá, a pocos kilómetros de Mocoa, capital del Putumayo. Al pasar por esta antigua capital, fundada hace casi 5 siglos (en 1551), el río pasa raudo en dirección del imponente cerro del Churumbel, en el vértice del Parque Nacional Churumbelos.

La ciudad tiene una precipitación promedio anual superior a los 4000 mm (en comparación con los casi 800mm de Bogotá para quienes quieran dimensionar esta cifra), ubicada en una de las áreas de mayor precipitación de toda la cuenca amazónica y por ende, con una riqueza de ríos, quebradas y drenajes superficiales de todo nivel, que surcan la cordillera hacia la planicie amazónica.

La ciudad, como muchas en este territorio, se ubica en la falda de la montaña, con cercanía a ríos y quebradas, como el caso del Mocoa, Pepino, Mulato y Sancoyaco. El cambio abrupto de topografía, entre la planicie amazónica a una vertiente oriental de la cordillera que es fuertemente empinada, permite visualizar hermosas cascadas drenando de manera permanente por estos paisajes. Adicionalmente, una condición de coberturas en bosques protegidos por la Reserva Forestal había permitido una relación armónica entre la ciudad y su paisaje circundante.

Los suelos y la geomorfología del área, hacen especialmente inestables estos paisajes montañosos, susceptibles a la erosión y a los deslizamientos. Aún en condiciones naturales, con coberturas boscosas, es frecuente ver deslizamientos enormes en estas montañas. Las tragedias ocurridas por estos deslizamientos en la carretera Pasto – Mocoa, con cientos de muertos, fueron la razón para impulsar la construcción de la variante San Francisco a Mocoa (VSFM), hoy inconclusa y sin perspectivas claras y efectos aun no determinados.

Sin embargo, de unos años para acá, se ha venido incrementando el proceso de deforestación. Durante varios años, recorriendo la cuenca alta del rio Mocoa y proponiendo medidas de mitigación ambiental para la construcción de la Variante (VSFM), observé como, aumentaba la presión de deforestación en todo su recorrido.

Recuerdo claramente haber observado múltiples pequeñas avalanchas que destrozaron obras de infraestructura de la Variante- con costos enormes para nosotros los contribuyentes- en la parte alta del rio Mocoa, hacia el tramo de San Francisco, provocadas por la degradación de los suelos, usados en ganadería en zonas de ladera, absolutamente deforestados y degradados.

De manera nítida, tengo las imágenes de la vereda Campucana, a las puertas de Mocoa, con enormes derrumbes, cárcavas que se tragaban montañas, asociadas a potreros en “¡la Reserva Forestal!”. Claras evidencias de una pésima coordinación inter-agencial entre Ambiente y Transporte, así como debilidad extrema en el control del uso del suelo por la autoridad regional.

Semanas enteras dedicados a buscar medidas para la estabilización de taludes en el proyecto de la Variante (VSFM), así como incentivar a las autoridades ambientales para que se invirtieran los esfuerzos y recursos en el cambio de usos del suelo en estas zonas tan sensibles y estratégicas. Ni idea que habrá sucedido con el manejo de impactos ambientales, en particular al aporte de sedimentos de los taludes intervenidos por la Variante (SFM) a las microcuencas del rio Mocoa. Todavía seguimos esperando la ampliación de la Reserva del Alto rio Mocoa, como medida de compensación frente a la construcción de la carretera. Ni siquiera la ampliación y declaración de un Área de Protección se ha logrado en todos estos años, a pesar de estar consignado en el licenciamiento y salvaguardas del BID Ojalá haya alguna agradable sorpresa y no un interminable rosario de quejas.

También observamos, cómo han cambiado drásticamente los patrones de precipitación. La intensidad de los aguaceros, el volumen total por mes y por año, la frecuencia de eventos extremos es notoria. Es decir, además de la condición intrínseca (susceptibilidad de los suelos, paisajes inestables, precipitación, pendientes fuertes y largas), un uso del suelo crecientemente inapropiado, se suma una condición de cambio en los patrones de precipitación; todo lo anterior, genera un efecto acumulativo y sinérgico, que tiene el potencial de generar avalanchas (por sedimentación y taponamiento de ríos en partes altas y medias), que en el caso de encontrar poblaciones o asentamientos en su curso, producen desastres.

La lección es clara: se necesita intervenir en varios frentes: cambio drástico en la planificación del desarrollo urbano de Mocoa, lo cual implica reasentamientos definitivos para varias zonas. De otra parte, control real y efectivo del uso del suelo en las zonas de las cuencas que circundan la ciudad, lo cual implica además de la aplicación de la ley, una revisión profunda del ordenamiento del suelo rural y una presencia efectiva en el territorio, en las goteras de sus oficinas principales.

Y finalmente, una adecuación a los eventos extremos climáticos, que tiene efectos sobre los diseños y ubicación de ciudades, infraestructuras, y manejo de áreas de riesgo en ríos y laderas entre otros. Hay una certeza con la que se debe contar: vendrán más eventos de este tipo, (ojalá no aumenten las víctimas), pero la condición climática, la susceptibilidad intrínseca permanecen. El cambio de uso del suelo pareciera ser de largo plazo y la adaptación igualmente demorada.

¿Cuántos desastres adicionales se requieren para tomar en serio el asunto ambiental?

Publicado en:

http://www.semana.com/nacion/articulo/ambientalista-rodrigo-botero-explica-deforestacion-es-causa-de-tragedia-mocoa/520697


* * *
(2)

El porqué de la creciente súbita que causó el desastre en Mocoa

Catástrofe destapa primeros efectos graves de la erosión de las montañas.

Por: El Tiempo, 02 de abril de 2017 , 11:04 a.m.

El cielo pareció desbordarse durante las tres horas previas a la avalancha que azotó a Mocoa el sábado en la madrugada, pero no fue el agua copiosa la única razón de la creciente súbita de los ríos Mulato y del río Sangoyaco. Este último se salió de su cauce, hacia las calles de la capital de Putumayo, en las que arrasó con todo lo que encontraban a su paso.

En apenas tres horas cayó la tercera parte (130 milímetros) del agua que cae en un mes (400 milímetros) en esta zona. En comparación, esa noche, en una ciudad tradicionalmente lluviosa como Quibdó, la precipitación se calculó en la mitad (60,4 milímetros).

Pero además, según el jefe de Pronósticos y Alertas del Ideam, Christian Euscátegui, “hay problemas asociados a sedimentación, es decir que los ríos tienden a tener más residuos provenientes de la erosión de las montañas, lo que genera cambios en el terreno”.

Elbert Monje, un habitante de la ciudad, sostuvo que el represamiento se produjo en el canal de Sangoyaco, el cual, a su vez, descarga sus aguas en el río Mocoa, que desemboca en el río Caquetá. “Lo primero que destruyó fue el barrio San Miguel, que apenas estaba en proceso de organización”.

La avalancha, que ya llevaba montones de materiales pesados mezclados con lodo –agregó el testigo– “siguió hasta el centro de la ciudad, y luego llegó al barrio El Progreso, donde tumbó 20 casas”.

Euscátegui relaciona el desastre con fenómenos sociales, ligados a la pobreza, pues la gente, al no tener acceso a vivienda digna, levanta un techo sin conocer la aptitud del terreno.

“Las invasiones en las rondas de los ríos, la discontinuidad en los jarillones y la construcción de diques ilegales para secar humedales son algunos de los motores que agravan la vulnerabilidad de las poblaciones ante las amenazas de crecientes súbitas o desbordamientos frecuentes de los ríos y lagunas”, expresa Euscátegui.

El director de socorro de la Cruz Roja, César Urueña, agregó un ingrediente más: “El afluente del río se mezcló con lodo y materiales que arrojan a las calles, como residuos y basuras, y provocó el desastre”.

Pero Euscátegui insiste en la presión ambiental que se está ejerciendo en Mocoa, incrustada en el piedemonte Amazónico, considerada como una de las zonas más biodiversas.

“La deforestación también contribuye a que los estragos sean mayores. Durante La Niña 2010-2011, la más fuerte que ha vivido el país, el 71 por ciento de las inundaciones se dio en zonas de pastos que precisamente habían perdido sus árboles”.

Entre tanto, en busca de llegar a la verdad sobre lo sucedido alrededor de esta tragedia, la Fiscalía abrió una investigación para establecer si las autoridades locales y nacionales adelantaron labores adecuadas para evitar el desastre.

A la zona fueron trasladados, por instrucción del fiscal general, Néstor Humberto Martínez, 45 investigadores, 10 fiscales y 15 médicos desde Pasto (Nariño), Neiva (Huila) y Florencia (Caquetá).

El director de Seguridad Ciudadana de la Fiscalía, Luis González, señaló que inicialmente se examinarán las acciones de los funcionarios encargados de tomar decisiones para enfrentar la ola invernal que afecta amplias zonas del país.

Publicado en:

http://www.eltiempo.com/colombia/otras-ciudades/el-porque-de-la-creciente-subita-que-causo-el-desastre-74002


* * *
(3)

"Mocoa es hoy un Armero chiquito": sobreviviente

En: semana.com, Nación, 1 abril de 2017 13:35

Varios barrios quedaron sepultados bajo el lodo. La gente huyó hacia la montaña en busca de refugio. No sólo les preocupa el destino de sus seres queridos: escasean el agua y los alimentos.
"¿Que cómo vivimos esto? Pues imagínese un Armero chiquito", dice Orlando Dávila, un habitante de Mocoa que salió ileso de la tragedia. Hacia las 9 de la noche del viernes comenzó a llover y no paró hasta la 1 de la madrugada. A don Evaristo Garcés lo despertó un gran estruendo poco antes de la medianoche. Era el crujido de la tierra, las rocas y el cauce de los ríos Mulato, Mocoa y Sangoyaco, que se desbordaron. El ruido, que lo llenó de miedo, dice, se prolongó por 15 minutos.

El agua empezó a meterse a las casas. Los padres, entre el lodo, se tambaleaban para salir de las viviendas con sus hijos en brazos. “Las corrientes en cualquier momento arrebatan a los niños. Se ven padres de familia llorando porque no saben en dónde están sus hijos”, cuenta Dávila. El agua arrastraba los carros como si fueran juguetes, varios barrios quedaron cubiertos de lodo, ya parecen "playas".

Don Evaristo Garcés y su familia salieron ilesos. Tuvieron la suerte de vivir en un rancho sobre la loma. En la mañana salieron a la calle para buscar a sus amigos. Pero lo que encontraron fue una "estampida" de habitantes de Mocoa que corrían hacia las montañas. Algunos iban sucios, llorando, llevaban en sus hombros los pocos enseres que pudieron rescatar.

Quisieron auxiliarlos pero las autoridades no les permitieron acceder a la zona afectada. Miembros de los organismos de socorro andaban por las calles, megáfonos en mano, dando la orden de que todo el pueblo se refugie en las montañas.

En la loma más alta, ubicada al suroccidente de la capital de Putumayo se han aglomerado cientos de personas. Desde ahí ven el panorama de destrucción y los helicópteros que lo sobrevuelan en busca de sobrevivientes. "Nos da miedo que haya otra avalancha porque dicen que por la coordillera, de donde viene el río Mulato, está cayendo un aguacero".

Por ahora, las autoridades locales informaron que los siguientes sitios serán los de albergue provisional:

Coliseo del ITP
Coliseo de Indercultura.
Institución educativa Pío XII
Institución educativa sede los Sauces.
Organización Zonal Indígena (OZIP)

De acuerdo con el monitoreo en terreno, es posible que se presenten lluvias intensas, por tanto se recomienda de manera preventiva la evacuación de la población que reside en los barrios que se ubican en los márgenes de la quebrada la Taruca y el río Sangoyaco.

“Caían piedras del tamaño de una casa”

La gobernadora de Putumayo, Sorrel Aroca, dijo en entrevista con Caracol Radio que lo ocurrido este fin de semana es un día que "jamás esperábamos ver".

La mandataria regional asegura que hay cientos de familias desaparecidas, varios barrios afectados, dos barrios desaparecidos. "En un barrio caían piedras del tamaño de una casa. Es algo que jamás esperábamos en el departamento", dijo.

Todo nuestro plan de contingencia está activado. Desde las 11 de la noche estábamos en sala de crisis. Los organismos de socorro han actuado como se esperaba, pero no tenemos suficiente personal por la magnitud de la tragedia.

Aroca indicó que la comunidad está afectada psicológicamente y que se declaró la emergencia sanitaria porque el hospital colapsó. Mocoa está incomunicada por vía terrestre por los daños en la vía; el aeropuerto de Villa Garzón, ubicado a 30 minutos de la población, está habilitado.

Publicado en:

http://www.semana.com/nacion/articulo/mocoa-es-hoy-un-armero-chiquito-sobreviviente/520583


* * *
(4)

Estudios ya advertían que esto (la avalancha del 1 de abril de 2017) podía pasar en Mocoa

La deforestación fue una de las variables que influyó en la magnitud de la tragedia. En unas horas llovió lo de 10 días, esto colapsó incluso las zonas forestadas y afectó a los asentamientos humanos ubicados en zonas de riesgo.

Por: Antonio Paz Cardona* En: sostenibilidad.semana.com, Medio Ambiente, 1 de abril de 2017

La madrugada del sábado 1 de abril quedó marcada como una de las fechas más dramáticas en la historia de Mocoa, en el departamento de Putumayo. La temporada de lluvias de inicio de año trajo 600 milímetros de agua sobre la ciudad y sus alrededores en solo unas cuantas horas - un evento atípico pues en áreas cercanas al Golfo del Darién, una de las zonas más lluviosas del mundo, cae hasta 10.000 milímetros de agua pero en un año-.

La situación es tan crítica que el Gobierno Nacional declaró a la ciudad en estado de calamidad pública y según el último reporte oficial, el desastre natural ha dejado 200 muertos, 213 heridos y un número aún indeterminado de desaparecidos. Las fuertes lluvias provocaron el desbordamiento de los ríos Mocoa, Sangoyaco y Mulato. Al ser fuentes fluviales torrenciales, arrastraron a su paso sedimentos, basuras y piedras descomunales que provocaron una enorme avalancha que arrasó con el barrio San miguel y destruyó otros 16.

Semana Sostenible habló con Luis Alexander Mejía, director de la Corporación para el Desarrollo Sostenible del Sur de la Amazonía (Corpoamazonía), quien dio detalles sobre cómo Mocoa llegó a la que es considerada la peor tragedia de su historia.

“En la tarde del sábado sobrevolamos las vertientes de los principales cauces de los ríos Taruca, Conejo, Sangoyaco, Mulato y Mocoa, donde pudimos determinar que el uso inadecuado del suelo en estas zonas activó antiguos deslizamientos y generó unos nuevos. Se vivió un fenómeno con características similares a otro ocurrido hace 50 años en esta misma zona antes de que estuviera poblada”, dijo Mejía.

Y es que debido a la topografía y las características ambientales y de lluvia superficial, todos los ríos que rondan Mocoa son torrenciales y ante eventos atípicos, como el ocurrido entre la noche del viernes y la madrugada del sábado, adquieren características violentas, con enormes e instantáneas ganancias de velocidad en los caudales que son capaces de arrastrar material grande y pesado. Según comenta Mejía, algunos de los ríos tienen muy poca capacidad de desalojo, lo que sumado a la ocupación inadecuada de sus rondas y lechos, agrava la vulnerabilidad de las personas.

Oídos sordos

Ante lo ocurrido no hay más solución inmediata que atender de la mejor manera posible el desastre. El restablecimiento de los servicios de energía y acueducto tardará por lo menos dos semanas y esta situación se extiende a por lo menos la mitad del departamento, eso sin contar con la búsqueda y rescate de personas y la recuperación de casas y vías.

Sin embargo, si bien predecir el momento exacto en que ocurrirá un evento como este es casi imposible, la ciudad estaba advertida. Corpoamazonía y la gobernación del Putumayo ya habían hecho unos estudios de modelamiento que señalaban, con anticipación, que este tipo de eventos podían suceder con la magnitud en la que se dieron y con afectación a equipamientos colectivos como el acueducto y las subestaciones eléctricas.

“Se hizo un taller con el Servicio Geológico Colombiano donde se mencionaron y advirtieron sobre los asentamientos inadecuados en ciertas áreas”, afirma Mejía. A pesar de esto tenían una limitante: varios municipios amazónicos, incluido Mocoa, no han actualizado su Plan de Ordenamiento Territorial (POT). “Por eso ha sido complejo concertar e implementar los determinantes ambientales en la ciudad. Es un tema de uso inadecuado de los suelos que agrava este tipo de eventos. Hace nueve meses los estudios revelaban que algo como esto podía pasar”.

La alarma sigue en rojo. El sobrevuelo demostró que las vertientes de las quebradas están fracturadas, hay socavamiento de los ríos y mucho material sobre los cauces y lechos.

De hecho, hay tantos sedimentos acumulados que si se volvieran a presentar lluvias como las de la madrugada del sábado, una “réplica” de la tragedia ocurriría de nuevo. “Los ríos aún están buscando su nivel de base y eso demorará un tiempo considerable”, añade Mejía.

Los ríos tienen memoria

Luz Marina Mantilla, directora del Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas (Sinchi), asegura que la gente ha puesto sus casas en zonas inundables. “Acá hay un tema muy crítico y es que los ríos tienen memoria. Normalmente tratan de volver a su cauce y eso es algo de lo que creo pasó con algunas zonas de la ciudad de Mocoa, sobre todo con el barrio San Miguel que está ubicado en zona de lecho de río”, asegura.

Mantilla hace énfasis en un tema que para ella es el gran responsable de lo ocurrido: la deforestación. Según dice, la deforestación, la lluvia y esa especie de “desprecio” por las condiciones ambientales, son una sumatoria complicada y un caldo de cultivo para que lo que está mal se vuelva peor. Todo el arco suroccidental del amazonas (Caquetá, Guaviare y Putumayo) conforma los puntos calientes de la deforestación.

No hay que perder de vista que Putumayo es el quinto departamento del país con más pérdida de capa vegetal. 9.000 hectáreas habían sido deforestadas a 2015.

Luis Alexander Mejía coincide con lo anterior y agrega que Mocoa está ubicada en el piedemonte amazónico y sus suelos tienen una vocación para el crecimiento de vida, ya que es una de las zonas más biodiversas del mundo. “Cuando quitamos la cobertura vegetal, la tierra, que está compuesta en gran parte por ceniza volcánica, se impregna de humedad y con el agua de lluvia se causan estragos”.

No tener esa masa boscosa es una variable que facilita las remociones en masa. “Tenemos deforestadas las rondas hídricas y las aledañas a los asentamientos humanos. Es urgente restaurar estas zonas y los suelos con pendientes mayores al 100%”, asegura Mantilla. Además, el tema de la ganadería extensiva irresponsable y los cultivos ilícitos, son dos de los grandes responsables de la pérdida de vegetación, la cual sirve para contener las aguas y darle firmeza a los suelos.

Planeación y comunicación

La decisión de política pública tendrá que ser más propositiva para tener en cuenta ciudades sostenibles donde las variables ambientales en realidad sean consideradas.

“Hay que realizar una coordinación interinstitucional mucho más eficiente. Muchas veces las solicitudes de la región quedan perdidas en lo nacional y hay que fortalecer la comunicación de parte y parte”, sugiere Mantilla.

Por otra parte, es necesario darle importancia a las advertencias que hacen las instituciones sobre zonas que son consideradas de riesgo. “No se trata de un capricho y hoy la naturaleza nos lo demuestra. Si medimos fuerza con ella, los afectados serán los asentamientos”.

Finalmente, el director de Corpoamazonía, Luis Alexander Mejía, hace un llamado para que las comunidades conozcan su territorio y lo manejen de manera adecuada, para así garantizar la vida. “Espero que si algo deja esta tragedia, donde también perdimos la vida de varios compañeros de la Corporación, sea la consciencia de retomar el ordenamiento territorial de la zona y ver los recursos naturales como elementos a los cuales hay que respetar y cuidar”, concluye.

Publicado en:

http://sostenibilidad.semana.com/medio-ambiente/articulo/mocoa-corpoamazonia-advirtio-de-la-tragedia-por-deforestacion/37471



Fuente: www.semana.com
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