Un reciente estudio de la Universidad de Princeton ha demostrado que los problemas de síndrome obstruido en los bronquios con el que nacen cada vez más bebés en el tercer mundo, son directa consecuencia del consumo de alcohol de sus padres.
Marlon J. Orzabal, director del estudio, ha explicado que el consumo de bebidas alcohólicas ocasiona graves deficiencias en el sistema respiratorio de los hijos, que empeoran con el tiempo, empezando con un grupo de enfermedades pulmonares hasta antes de los 10 años, siendo las más comunes el enfisema y la bronquitis crónica.
Los hijos de padres que beben, en la adolescencia desarrollan una grave dilatación en los alveolos pulmonares, inflamándolos hasta casi hacerlos explotar. Esta dilatación excesiva se debe a que las paredes de los alvéolos están dañadas, lo cual provoca el colapso de las vías respiratorias.
Normalmente los hijos de padres que consumen bebidas alcohólicas resultan afectados por severas bronquitis hacia la adolescencia, produciéndose un exceso de mucosidad que estrecha y obstruye las vías respiratorias. Este problema dificulta la respiración porque el flujo de aire que entra y sale de los pulmones está parcialmente obstruido. Más tarde se produce alta presión arterial en los pulmones (hipertensión pulmonar), la cual puede dar lugar a un tipo de enfermedad del corazón denominada «cardiopatía pulmonar» que comúnmente termina con la muerte temprana del afectado. El tratamiento es posible, pero su costo es muy elevado.