¡Hermoso! Se encuentra con la enfermera que la cuidó de quemaduras 38 años después

 
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(paraloscuriosos.com) Amanda Scarpinati tuvo la desgracia de vivir un accidente que la condenó a muchos años de sufrimiento. Por un descuido de sus padres, a los tres meses de vida, se cayó de cabeza del sofá sobre una estufa que le causó graves quemaduras de tercer grado. Este accidente fue el principio de una larga y muy dolorosa convalecencia para la pequeña Amanda, pero también da origen a esta historia conmovedora que vas a leer a continuación...

¡Hermoso! Se encuentra con la enfermera que la cuidó de quemaduras 38 años después

La pobre niña tuvo la suerte de estar en buenas manos después del accidente, y no me refiero sólo a los médicos que le salvaron la vida y se encargaron de su salud, sino también de una enfermera que le proporcionó mucho más de lo que se espera recibir de las sanitarias...

Durante décadas Amanda se preguntaba quién era la mujer que la cuidó y le ofreció tanto cariño mientras estaba hospitalizada. Nunca sabía cuál era su nombre, lo único que le quedaba eran las fotos tomadas en aquellos tiempos, después de una de las primeras operaciones que tuvo.

Tras el accidente que sucedió en 1977, la bebé estuvo hospitalizada en el “Centro Médico Albany” de Nueva York, donde fue operada. Después, con la cabeza vendada, tuvo que pasar allí mucho tiempo para recuperarse y volver a someterse a otra operación. Y así continuamente durante varios meses... Esta enfermera siempre estaba cerca y aunque Amanda no supo nada de ella, al ver estas fotografías se sentía inmensamente agradecida con esta mujer.

No hay nada peor que permanecer en un lugar donde el dolor y el sufrimiento están presentes en cada rincón. Para una criatura tan pequeña es muy importante estar siempre cerca de las personas que la quieran y la cuiden porque un ser tan inocente depende completamente de los adultos.

A lo largo de los siguientes años Amanda tuvo que someterse a varias cirugías y tratamientos costosos. Si esto fuera poco, en la escuela siempre fue objeto de las burlas de parte de sus compañeros de clase. Los niños se reían de ella y se mofaban de su aspecto extraño. Su piel estaba en una condición fatal, además, después de cada operación, su cabeza tuvo que estar envuelta con una gasa, como cuando era pequeña.

“Crecí como una niña desfigurada por las quemaduras, fui intimidada y atormentada“, dijo Amanda Scarpinati a Associated Press. “Siempre miraba esas fotos y quería hablar con ella, a pesar de que no sabía quién era. Me producía sosiego y paz mirar a esa mujer que parecía tan sincera cuidándome“.

Amanda esperaba algún día conocer a la enfermera que le dio consuelo en esos momentos tan dolorosos. Después de muchos años de preguntarse a sí misma por la identidad de la enfermera, Amanda pensó en usar las redes sociales para encontrarla. La mujer compartió estas fotografía conmovedoras en su página de Facebook y escribió: “Me encantaría saber su nombre y, si es posible, tener la oportunidad de conocerla y hablar con ella. Por favor, comparta esto porque nunca se sabe hasta quién podría llegar“.

En poco tiempo su mensaje se hizo viral y lo que sucedió después era muy conmovedor.

Las fotos llegaron a una mujer que trabajó con la enfermera que Amanda estaba buscando en el hospital y la identificó como Susan Berger. Sabiendo cómo se llamaba su tutora, Amanda no pudo renunciar a la oportunidad de conocerla. Unos días después las dos mujeres tuvieron un reencuentro muy emotivo e importante para ambas.

Resultó que no sólo Amanda le tenía un afecto especial a Susan. Berger tenía 21 años en ese momento y acababa de salir de la universidad. Ahora es vicepresidenta ejecutiva de Cazenovia College de Nueva York y dice que también siempre se acordaba de Amanda e incluso guardaba en su casa las mismas fotos.

“Ella era muy tranquila“, dijo Susan al recordar a la pequeña Mandy. “Por lo general, cuando los bebés salen de una cirugía están durmiendo o llorando mucho. Pero ella estaba tan tranquila y confiada. Fue increíble. Siempre la recordaba con mucho cariño”.

Es normal que Amanda haya sido una persona muy acomplejada por el hecho de no verse como una chica corriente. Sus quemaduras y cicatrices arruinaron su vida social. Sin embargo hoy, es una mujer feliz y agradecida con todo lo que la vida le regaló. Después de muchos años de sufrir y después de haber pasado numerosas cirugías, por fin se siente bien y tranquila. Y ahora que pudo conocer a su “ángel de la guarda” y darle las gracias por todo el cariño que recibió de su parte, no pide nada más.
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¡Es increíble lo que pueden lograr las redes sociales! Un encuentro de esta magnitud es súper conmovedor y nos recuerda que el que obra bien, será recompensado con más amor y con agradecimiento, lo que no tiene precio.

Fuente: www.paraloscuriosos.com
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