Paleodieta, una dieta que cada vez tiene más seguidores aunque sus detractores no entierran el hacha de guerra.
La dieta del hombre del paleolítico está cada vez más de moda. Esta dieta que permite comer carne, pescado frutas y verduras pero no permite lácteos, cereales, gluten, legumbres ni productos que sean procesados y reduce al máximo el consumo de azúcares.
Los seguidores de esta dieta afirman perder peso de forma rápida y efectiva, sin efecto rebote. Básicamente esta pérdida de peso se atribuye a la eliminación de los lácteos y los cereales de la dieta, así como de los alimentos procesados; ya que todos éstos nos aportan gran cantidad de grasas y calorías, además de no ser saludables.
Los detractores de esta dieta nos muestran los tres principales problemas de esta dieta, que se centran en lo siguiente.
• El alto consumo de carne (principalmente roja) y de grasas de origen animal. Ya se ha demostrado, y así lo hace constar la Organización Mundial de la Salud (OMS), que el consumo de carne roja está relacionado con una mayor frecuencia de enfermedades del sistema digestivo y cáncer.
• La falta de calcio producto de eliminar de la dieta los lácteos que tan necesarios son para nuestro organismo.
• La falta de hidratos de carbono en el organismo como consecuencia de eliminar todos los cereales de la dieta.
Además hacen referencia a que el alto consumo de grasas de origen animal, en la época del paleolítico se veía contrarrestada con el alto nivel físico de los hombres de la época, ya que, para poder comer algo de carne pasaban horas corriendo para cazar a su presa. En el paleolítico no se daba el sedentarismo de hoy en día.
Los fieles seguidores rebaten estas críticas haciendo referencia a que consumen carnes “bio”, ya que el hombre del paleolítico consumía carne de animales que se movían libremente y se alimentaban de la naturaleza. Actualmente los animales tienen una menor movilidad y se alimentan de piensos, por lo que no resultaría igual de efectiva la dieta si la hacemos consumiendo carne sin distintivo de biológica o ecológica. Además afirman que las grasas las utiliza el cuerpo como combustible para afrontar la vida diaria y que contrarrestan el posible exceso con ejercicio regular. Con respecto a los lácteos y la falta de calcio abordan las soluciones haciendo referencia a que son muchos los alimentos de alto contenido en calcio y que los lácteos nos descalcifican más que nos aportan calcio. Por parte del poco consumo de hidratos explican que no son necesarios tantos hidratos de carbono cuando el organismo tiene grasas de las que disponer, además argumentan que la especie no ha evolucionado aún para tolerar de forma correcta los cereales y sobre todo el gluten que produce más daños que beneficios a nuestro organismo.
Si bien es cierto, y en algo coinciden ambas partes es que eliminando los productos procesados y los azúcares de la dieta contribuimos a un mejor estado de salud ya que los azúcares nos perjudican en gran medida. Y hacen referencia a que los alimentos ya tienen azúcares “escondidos” como para ir agregando más azúcares en procesos a los que somenten a los alimentos. Además explican que el organismo necesita de las grasas para funcionar pero es clave consumir grasas saludables y no grasas hidrogenadas, saturadas o trans.Es por ello que eliminan los alimentos procesados, ya que son éstos los que aportan grasas no saludables.
Viendo los pros y los contras por cada una de las partes, es más fácil tomar una decisión sobre qué rumbo tomar. No olvides comer de forma saludable y no llevar la dieta a un extremo. Siempre decimos que todo en su justa medida es saludable, mucho de nada y un poco de todo es la clave del éxito.
Fuente: www.tomadieta.com
