Leona Chin es una piloto profesional malasia que se hizo pasar por dependiente en un concesionario y sorprendió con sus acrobacias.
Cuando la mujer comienza a hablar con los clientes aparenta que es su primer día y se muestra torpe, e incluso son los compradores lo que tienen que explicarle cómo operan algunas funciones de los carros.
Pero ninguno se imaginó que la delicada joven tuviera semejantes habilidades al volante y casi se mueren de los nervios cuando la acompañaron a hacer la prueba de los carros que estaban viendo.
Uno de los clientes, por ejemplo, le preguntó que si estaba segura de manejar, pues estaban montados en un “carro para hombres”. Pero los gritos diciendo “¡para!, ¡para!” cuando ella tomó el control no llegaban a su fin.