a sociedad fernandina está consternada. Luego de arduas investigaciones finalmente se pudo dar captura al ladrón de abejas más famoso de Sudamérica. Se trataba nada menos de Andrés Fernández, conocido apicultor de la zona que además de sus labores criminales, secuestraba abejas para pedir rescate a las familias de estas y luego ponerlas a producir miel de modo esclavista. La sociedad de protección de estos hemipteros ya habia dado alerta de estas prácticas pero fue recién gracias a un calzoncillo olvidado por el criminal cerca de un panal que se convirtió en la clave para su detención. En complicidad fueron demorados también su señora esposa y su perro, que según allegados sería el verdadero cerebro que operaba tras bambalinas.