El Establo es una historia de animales muy humanos y no al revés para que nadie se sienta ofendido.
El Establo es alegoría, una sátira al estado mexicano en su conjunto; no nada más al gobierno, sino a los ciudadanos que están conformes con el statu quo que los sojuzga y discrimina. La narración divierte mucho, pero también provoca escozor e incluso indignación y furia.
Más que un cuento largo, es una novela corta. Apología en donde los idealistas no se dan por vencidos y están acostumbrados a ser victoriosos, aun con el lastre que traen a cuestas: el perverso sistema político; al cual han desnudado en su más ruin actividad que es la guerra sucia, soterrada y cruenta.
En El Establo a las cosas se les llama por su nombre, toda hipocresía es develada. Las víctimas dejan de serlo cuando se confrontan al contexto de su realidad; y a los victimarios se les exhibe tal cual son sin importar el estatus que gocen, pues el prestigio y la reputación son condiciones coyunturales que por lo general nada tienen qué ver con el verdadero carácter de los personajes.
El Establo es alegoría porque relata la realidad social y política en forma de metáfora continuada, como una historia que completa el círculo narrativo, valiéndose de personajes animalescos, quienes se ven descritos en su carácter, relegando el prestigio y la buena reputación que puedan haber conseguido de manera fraudulenta o legítima; todo lo cual convierte este relato en fábula satírica.
La narración gira en torno a la idiosincrasia de un pueblo maltratado por sí mismo debido a la falta de rumbo y sentido de la vida nacional, como consecuencia de liderazgos mentirosos que manipulan un pueblo ignorante al que han convertido en indolente y apático acerca de la actividad política, pues quienes detentan los poderes de la república no están comprometidos con el pueblo, ya que no pertenecen ni se sienten parte de él, sino que responden a intereses personales y conforman la élite mundial que practica el dispendio y la inmoralidad.
Los ilustres Grillomirán Altamirano, Lince Isaí Vaug, el criminólogo Venado Bácum y la ratoncita Ciudadanía de Verdad, son una cuarteta de idealistas cristianos que luchan tenazmente junto a otros héroes ciudadanos, y todos ellos están acostumbrados a ganar batallas con las cuales contienen los poderes corrompidos del sistema político que únicamente sirve a la víbora Gobierno y su amiga y socia Alimafiosa.
La masacre de colegiales que el crimen organizado arremetió en la parcela de Yotzi, ha sido también la sentencia de muerte para el establishment.
El pueblo republicano ha logrado organizarse y derrocará al régimen pérfido, ¿Qué tipo de tácticas y estrategia implementa para lograr la emancipación ciudadana? ¿Son acciones pacíficas o bélicas?
Te llevarás una sorpresa. Esto lo aseguro.
EL ESTABLO
CAPÍTULO 1 - LAS ARTIMAÑAS DE LA VÍBORA
Está la víbora de cascabel en el Establo, escondida entre la paja; muestra la cabeza, mas el cascabel lo descubre sólo cuando es necesario.
La víbora vive segura y ha crecido mucho debido a que puede pasar desapercibida por infinidad de ardides que acomete con la complicidad de las alimañas, socias en todos los negocios de la víbora, sean ilegales o lícitos.
Aunque cada día es más difícil para la víbora esconder su ingente cuerpo entre la paja, siempre tiene planeada una artimaña para cada situación adversa que se presenta, por muy difícil que sea.
La víbora se alimenta de ratones, los mismos incautos que hace tres años le permitieron vivir un sexenio en el lugar aquél, pues prometió procurarles paz, prosperidad y seguridad. Astuta como es, utiliza su ingenio para engañar a los ratones ganándose la confianza de ellos y así resulta fácil atraparlos para devorarlos sin provocar escándalo que alerte a la comunidad ratonil. No obstante, últimamente ha perdido credibilidad y cada vez le cuesta más trabajo convencer a los ratones de su capacidad para cuidar al Establo, pues hay muchas desapariciones y los deudos claman por justicia, pero nadie los escucha.
Una ratoncita despistada por la información tergiversada que sobre la víbora proporcionó Alimafiosa, la alimaña más influyente del Establo, y a pesar que sospechaba acerca de la nula veracidad de los datos, acude ante la cuestionada víbora para preguntarle si sabía del paradero de familiares que habían desaparecido meses antes.
—Señor Gobierno –dice la ratoncita a la víbora–, estoy buscando a mis padres y mis hermanos, desaparecieron hace tiempo y no he podido encontrarlos. Alimafiosa me informó que usted puede ayudarme a encontrarlos porque es el único capaz en todo el Establo.
Gobierno es el nombre de la víbora, quien se alegra de ver a la ratoncita implorando auxilio, ya que no ha desayunado todavía.
—Hola, estimada ratoncita, ¿cómo te llamas?
—Ciudadanía es mi nombre, estoy buscando a mis familiares desaparecidos. Alimafiosa me aconsejó que confiara en usted porque es servidor público muy preparado y es profesional, doctorado por la Universidad del Primer Mundo en la ciencia de gobernar.
—Por supuesto, querida Ciudadanía, por ello estoy a cargo del Establo, nadie más puede ocuparse de este importante cargo que desempeño tan bien. Aunque por ahí andan unos grillos charlatanes y villamelones diciendo que estoy en el Establo enriqueciéndome ilícitamente, y que en complicidad con la delincuencia, soy el culpable de los secuestros, el narcotráfico y otros crímenes peores, te aseguro que lo dicen por pura envidia, no les creas.
—Esos grillos que menciona también dicen que usted tiene en el sistema público terrible corrupción, ineptitud, impunidad y perversidad, lo cual hasta ahora ha logrado esconder bajo la paja de los discursos, pactos políticos, promesas, actuaciones dramáticas ante cámaras y micrófonos, más otros distractores que las alimañas —amigas suyas— inventan, como la captura, la fuga y las subsecuentes reaprehensiones y huidas del narcotraficante Saraguato Primero –expresa Ciudadanía.
Indignada, la víbora responde:
—Lo único que intentan esos grillos infames es desestabilizar al Establo, ellos son los culpables de las desapariciones y todos los crímenes, son los enemigos de la comunidad y estoy seguro que algo malo esconden, no son de fiar y nunca serán capaces de realizar el servicio que cumplo a cabalidad por amor al Establo –argumenta la víbora.
—Soy todo lo que ves, y lo que te ha dicho Alimafiosa respecto a mi humilde persona también es verdad –dice la hipócrita víbora mostrando únicamente su pequeña cabeza–, este es todo mi ser, soy como tú, un ciudadano ocupado en el bien común del Establo. No tengo nada qué esconder, querida Ciudadanía, por lo que puedes confiar plenamente en mí.
La ratoncita había dudado inicialmente en la conveniencia de entrevistarse con Gobierno, pero al estar escuchando la explicación siniestra de la víbora, y por lo que previamente observó y descubrió por cuenta propia recordando las advertencias de los grillos, ahora está segura que tiene la solución al problema de inseguridad pública y todas las demás crisis sociales, económicas y políticas que amenazan con destruir al Establo.
Gobierno, por su parte, se congratula interiormente de su capacidad histriónica, ya que la cándida ratoncita parece que se tragó todo el cuento del falso amor a la patria, la supuesta consagración al servicio público y todas las demás patrañas que se le ocurrieron y con las cuales confundió más a Ciudadanía. Esto supone la víbora riendo para sí.
—Magnífico –piensa la víbora–, ahora utilizaré mi cascabel para que Ciudadanía se llene de pánico y busque mi protección; y cuando haga esto, la degustaré a mi entera satisfacción; después, habrá una desaparición más en la estadística del Registro de Abducciones del Programa Tierra sin Ovnis (Rapto), el cual se encarga de contar mis víctimas –dícese la malvada víbora, y ríe para sus adentros burlándose de la aparente ingenuidad de Ciudadanía.
Entonces, a unos metros de distancia empieza a salir entre la paja el cascabel de Gobierno, y ruidoso amenaza con atacar a Ciudadanía.
—¡Aaay! ¡Allí están los anarquistas, los secuestradores, los narcotraficantes, los políticos y los empresarios corruptos, los fascistas y toda la delincuencia organizada que asola al Establo! ¡Haz algo Gobierno! –grita Ciudadanía alarmada.
—¡Te juro por la virgencita que los atraparé, amada Ciudadanía!, pero mientras dispongo lo conducente, ven, acércate a mí para que pueda protegerte mejor, ¡no vaya a ser que los malhechores te hagan daño!, los detendría en este momento, pero, tú sabes, estoy atado de manos por culpa de los derechos humanos que debo respetar, además, el anterior jefe del Establo provocó esta desorganización donde sólo los rufianes ganan las batallas. El pacto de seguridad y la reforma del establo de derecho que he propuesto, a todos los políticos y las alimañas les ha parecido una maravilla, sin embargo, ¡la delincuencia no respeta mis iniciativas! Mejor acércate y apóyate en mí, confía en mi palabra y no en la de los fementidos grillos –argumenta Gobierno intentando que Ciudadanía se confíe para devorarla y así consumar el crimen sin dejar rastros de violencia.
CAPÍTULO 2 - EL BANQUETE
Pero Ciudadanía recula, no se deja hipnotizar y también se percata del colosal cuerpo de la víbora, pues la paja ya es insuficiente para cubrirlo todo; además, ningún discurso ni promesa de cambio resulta convincente en este tiempo, ya que incluso un anterior jefe de Establo lloró amargamente con la promesa de mejorar las condiciones de vida del pueblo, empero, todo había sido una bien trabajada estratagema para que las alimañas lo televisaran en cadena nacional; así engañó a toda la comunidad del Establo que continuaría a la bartola otro sexenio más como consecuencia de aquella magistral sesión histriónica.
El señor Gobierno se impacienta porque Ciudadanía permanece estupefacta y no se acoge a él, pues la ratoncita descubre que Cascabel –la delincuencia organizada– no es ni siquiera molestado, ni aun a sabiendas que él está involucrado en las desapariciones; por el contrario, tiene libertad de acción criminal y cobertura de impunidad debido a que forma parte del sistema corporal de Gobierno quien tiraniza a los habitantes del Establo.
La ratoncita se percata que la víbora está posicionándose para lanzarse contra ella; se da cuenta de esta infamia gracias a que se ha quitado la venda de los ojos, está siendo honesta consigo misma y esto la ayuda a rechazar los argumentos falaces, pues aunque la oratoria y la actitud solidaria y patriótica que Gobierno asume son muy convincentes y podrían engañar al zorro más perspicaz, Ciudadanía tiene presente los hechos trágicos en los cuales la sociedad está inmersa, y estos manifiestan, de oriente a poniente y de norte a sur, que la víbora –considerada honorable casi de forma unánime por la comunidad ratonil, que es la más pobre e ignorante dominada por las telenovelas– miente descaradamente en todas y cada una de sus palabras y comportamiento.
Esta desconfianza de Ciudadanía en la calidad institucional parece disparate a las ratas publicanas investigadoras, a cargo de la policía judicial, que como paradoja se niegan a otorgarle el derecho a una justicia pronta y expedita, no obstante, la situación agobiante del Establo desmiente claramente a esas ratas serviles de Gobierno.
—¡Dios mío, estoy atrapada! –musita ciudadanía–. Acto seguido, toma el teléfono celular y habla fuerte y claro para que Gobierno la escuche.
—¡Hola, sí, estimado Grillomirán! Estoy en este momento con Gobierno solicitándole ayuda para esclarecer la desaparición de mi familia. Pero estoy en situación terrible porque Cascabel me persiguió y me tiene sitiada. La víbora no me protege pues no quiere violar derechos humanos de los cascabeles, ¿puedes creerlo?
El señor Gobierno, preocupado en continuar con la simulación perfecta, no se atreve a consumar el plan de desayunar a Ciudadanía; por lo que, controlando la ira y el apetito, con ternura dice a la ratoncita:
—Ciudadanía, no te angusties más, he dado instrucciones a mi cuerpo especial de gendarmes para que atrapen a los cascabeles que te tienen acosada, verás que pronto los llevaremos ante la justicia. Comunícale esto a Grillomirán. ¡De la nada puede producirme un escándalo!
—Terminé de hablar con Grillomirán, quien viene para acá con toda la prensa libre y usted mismo puede darle esa información en unos minutos más –sentencia con autoridad Ciudadanía.
Ante el desconcierto de Gobierno, Ciudadanía aprovecha el instante para escapar.
La verdad es que Ciudadanía ni tiempo tuvo de marcar el número telefónico de Grillomirán, ¡ni siquiera tenía saldo en el teléfono! Toda la supuesta conversación telefónica fue fingida, pero la táctica funcionó y logró salvarla.
Algunos mienten para engañar y hacer daño a sus semejantes, pero otros no tienen más alternativa que mentir para disuadir a los criminales y salvar la vida o legítimos intereses. En el final, todos seremos juzgados por nuestras palabras, para bien o para mal. En circunstancias normales, lo mejor es callar para no mentir nunca, y después decir la verdad cuando pueda ser apreciada, aunque esta verdad nos perjudique.
Minutos más tarde, Ciudadanía llega al domicilio donde se ubica el inteligente y práctico edificio de El in-Formativo, «El periódico veraz, objetivo, imparcial y analítico, pero sobre todo nacionalista», cuyo tiraje es de trescientos mil ejemplares diarios, contando sus filiales en provincia; y la página internética cuenta con una creciente audiencia –desde las primeras horas de la mañana– de tres millones quinientos cincuenta mil internautas, lectores y televidentes insaciables del mundo hispanoparlante; es propiedad cooperativa de la comunidad grillera, y cuyo presidente y director general es el ilustre Grillomirán, quien escucha atento a Ciudadanía; no soporta la hipocresía de Gobierno y una vez más recibe el mismo testimonio que antes habían denunciado otras víctimas sobrevivientes acerca del hostigamiento y los ataques de Cascabel; situación de la cual Ciudadanía había estado advertida, pero desatendió porque no creyó el consejo. Ella pensó que eso sólo ocurría en las telenovelas, ¡que la enajenaban!
—Acompáñame a la comilona que Rosiflor ofrece a la prensa –propone Grillomirán a Ciudadanía–, está en camino a la residencia presidencial, primero necesito cubrir el suceso de la asociación civil Anaconda para la sección Sociedad y Espectáculos, y después todos los reporteros juntos daremos una visita de cortesía a Gobierno. ¡A ver si se digna en recibirnos! ¡La víbora continúa ofendida porque ya no aplaudimos sus discursos!
A unas cuadras del domicilio presidencial se encuentra la activista ratonitaria Rosiflor, ofreciendo el banquete de agradecimiento a los distinguidos miembros del prestigioso colegio de publirrelacionistas, quienes la han premiado en distintas ocasiones por la gestión que realiza al frente de la Asociación Nacional Contra Delincuentes Asociados, A. C. (Anaconda), con un total de ¡veinticinco reconocimientos!, vía diferentes instituciones sociales, pues es meritoria la labor altruista de Rosiflor al haber rescatado de los proxenetas, antes que consumaran la felonía, a ¡dieciséis doncellas y donceles! durante el lapso de cuatro años de arduo trabajo de investigación y persuasión, por lo que el alto sueldo que percibe, más los viáticos para viajes, conferencias, salones de belleza, vestuario, maquillista, publicidad, cirujano plástico, mercadotecnia, nutriólogo, eventos para recepción de premios y donaciones, cosmetólogo, gastos de protección –noventa agentes se turnan día y noche para resguardarla, a ella y su familia–, más otros egresos que le brindan las vacas gordas del erario para relaciones públicas como este convite que ofrece a sus aduladores, bien valen la pena.
—¡Esta clase de shows encanta al pueblo! ¡Se enternece tanto con mis rescates! –dice emocionada Rosiflor.
Si de verdad interesara a la sociedad la vida de miles de ratoncitas y ratoncitos núbiles que son secuestrados cada año para la trata, todo ratón y ratona del Establo, organizándose, impediría este comercio inmoral en la manzana y colonia donde vive y transita. Con tal razonamiento se justifica Rosiflor para tranquilizar la conciencia.
Por su parte, Grillomirán no está convencido de la calidad ética y profesional de Rosiflor, sin embargo, ella es la mejor cliente de El in-Formativo, ¡paga por adelantado la publicidad de cada año! Esto permite al rotativo la holgura necesaria para mantener la autonomía logística y la línea editorial contradictoria al gobierno, y así brinda la labor cultural y política que demanda la república. De tal circunstancia está consciente Rosiflor, ello la enorgullece, y es otro motivo que la alienta a continuar con el pingüe negocio de la farsa altruista.
Después de disfrutar una copa de delicioso vino espumoso y degustar exquisitos bocadillos, Grillomirán baila con una de sus reporteras estrellas. La música, el ritmo, la melodía, el ensoñador aroma del ambiente resultado de la fusión de refinados perfumes, producen en los invitados sensaciones agradables y placenteras, de relajamiento y diversión… de juego… alegría… de buen humor.
—¡Señor Grillomirán! –interrumpe uno de los reporteros–, recibí llamada de Chicharra Roy. ¡Otra tragedia… señor… ocurrió otra tragedia!
CAPÍTULO 3 - LA VISITA
El licenciado Comparsa, quien es ardilla habilidosa para transar, se encuentra con el señor Gobierno en la visita vespertina. Casi todos los días es el primero y último en entrevistarse con la víbora, incluso en días festivos, si es necesario.
El Jefe, como apoda la clase política a la ardilla, ha logrado convencer a Gobierno de lo conveniente que ha sido reconocer en el partido azul a la verdadera oposición política, aunque esto sea mentira, pues tanto el partido rojo de la víbora como el azul de la ardilla, tienen los mismos intereses elitistas, ello garantiza la continuidad del régimen pérfido.
Ambos partidos políticos practican la misma ideología, la cual consiste, a grandes rasgos, en basar todas sus políticas públicas en una absurda regla: Entre menos burros, más olotes. Es decir, impiden toda oportunidad de progreso y liderazgo a los ciudadanos y, sobre todo, a los pueblos indígenas, dueños originales del Establo.
La abundancia de recursos y la riqueza del país, según ellos, sólo deben usufructuarlas los políticos y los empresarios corruptos de la casta criolla, así como otros grupos castizos extranjeros igualmente corrompidos y perversos: ingleses, franceses, italianos y alemanes, principalmente, cuyo interés común es someter al débil y saquearlo. No sólo esclavizan al pueblo de este Establo, sino que oprimen a todos los pueblos del mundo, perjudicando sobremanera sus propias etnias empobrecidas. No respetan cultura ni ideología. Repudian a Dios aunque juran ser los vicarios. Son los llamados antiliberales o anticristos quienes intentan establecer el imperio mundial para desaparecer la Iglesia judeocristiana, y según el libro Apocalipsis, lograrán instaurar ese gobierno totalitario por un lapso de siete años. Esta revelación los alienta.
Los otros dos partidos políticos del Establo, el amarillo y el verde, compuestos por indígenas, mestizos y criollos, indignos, no significan ningún riesgo para el statu quo, pues son fieles servidores de Gobierno, ya que también se constituyen en grandes beneficiarios de la injusta repartición del tesoro público. Viven en el dispendio. Los lujos y las comodidades para ellos son religión. Por ello están muy agradecidos con Gobierno y satisfechos con la afiliación en el putrefacto sistema político, que capitaliza para sí las ganancias, pero sociabiliza las pérdidas en perjuicio de la comunidad.
—Estuve pensando sobre lo que acordamos en la mañana respecto a Conejo –dice Gobierno–. No me gustaría que surgiera otro rebelde electoral como Lince quien nos está complicando más de la cuenta. Así que me parece buena idea tu propuesta. Debemos abatir el incipiente liderazgo de Conejo, pues no creo que acepte ninguna dádiva a cambio de terminar con el reclamo de justicia por el secuestro y muerte de su hija. Está inconsolable.
—Así es –contesta con gesto de disgusto El Jefe Comparsa–, de nada sirvieron los histriones que presentamos para que se hicieran pasar por los presuntos asesinos de la hija. Ocurrió lo impensable, Conejo había realizado sus propias investigaciones y descubrió la farsa. Fue muy lamentable la escena.
—Lo importante en este momento es opacar su liderazgo. La asociación civil antisecuestro que formó gana muchos adeptos, y podría generarnos varios problemas en caso que tenga la ocurrencia de participar en el próximo proceso electoral coaligado con Lince. ¿Qué estás haciendo al respecto? –pregunta Gobierno.
—Lo que indica nuestro manual de la simulación perfecta –responde El Jefe Comparsa–, dar cámaras y micrófonos a una nueva luchadora social afín a nuestros intereses, ¡y que no haga declaraciones temerarias!, ya está en construcción la emblemática lucha que ella encabezará en contra del secuestro. Estoy coordinando todos los detalles de su lanzamiento a la fama.
—¿Luchadora?, ¿quién es la dama?
—Se llama Coralillo, tiene aceptación y carisma en el gremio empresarial, en otras ocasiones nos ha resultado rentable y creo que esta misión la consagrará. La hemos preparado de manera excelente –contesta ufano El Jefe Comparsa.
—Necesitamos que sea verosímil y genere empatía en la población, ¡necesito una aliada calificada para esta gestión! –manifiesta Gobierno con sentido de urgencia.
—Mañana se publicará en varios carteles monumentales la noticia sobre el secuestro y desaparición del supuesto único hijo de ella –puntualiza El Jefe Comparsa, enfatizando todas y cada una de las palabras– en los cuales se ofrece recompensa a quien proporcione datos para localizar a los delincuentes. Así mismo, para concretar el simbólico activismo contra-secuestro, dentro de unas semanas será entrevistada por la periodista Guacamaya del programa Enredando los cabos, en el Canal de las luminarias. Todo será de primer nivel. Despreocúpate, Alimafiosa está haciéndose cargo de afinar todos los detalles. Eso coartará el liderazgo y la influencia de Conejo, mientras tanto, la convincente señora Coralillo acaparará los reflectores.
Perico –el vocero presidencial–, alarmado, interrumpe la sesión entre Gobierno y El Jefe Comparsa.
—¡Señor presidente!, ¡Grillomirán y toda la prensa independiente se encuentran en el auditorio exigiendo su presencia! ¡Tenemos problemas!
—¡Tranquilízate! Eso es todo lo que pueden hacer cuando no hay elecciones, ¡estridencias, solamente! En unos momentos salgo a endulzarles los oídos –responde Gobierno con displicencia.
De regreso en el auditorio de los periodistas, Perico intenta calmar los ánimos de los reporteros republicanos y la prensa independiente.
—¡No desesperen, compañeros! ¡El señor Gobierno, presidente del Establo, saldrá en unos momentos para esclarecer todas sus dudas!
—¡No pude localizar al director de Rapto, pero según estoy informado, no hay ninguna nueva desaparición en las últimas veinticuatro horas!
—¡También, me da gusto informar a quienes todavía no han recogido el sobre con la gratificación, que el secretario de relaciones públicas de la oficina de la presidencia está en el jardín, junto a la planta de chayote, esperándolos! –remata Perico, muy sonriente.
—¡Es inadmisible el desempeño de Rapto! –exclama enérgico Grillomirán–. ¡Tenemos información de primera mano que desde hace una hora raptaron a varios borregos estudiantes del Heroico Colegio Pedagógico! ¡No queremos escuchar otra vez el argumento que fueron los ovnis extraterrestres!, ¡esos ni existen! ¡Exigimos una explicación científica de los hechos! ¿¡Qué está ocurriendo en el Heroico Colegio Pedagógico!?
—¡Damas y caballeros! ¡Atención, por favor! El ciudadano doctor Gobierno, presidente de la república, hace acto de presencia en este recinto –es el guardia presidencial anunciando con bizarría y presteza el arribo de la víbora.
Por un instante, el aviso provoca calma, sin embargo, al colocar Gobierno su diminuta cabeza en el estrado, los periodistas comienzan con la lluvia de preguntas:
¿Es verdad que ocurrió un arrebatamiento en contra de algunos borregos becarios del Heroico Colegio Pedagógico? ¿Sabe algo de los culpables? ¿Quiénes fueron? ¿Se trata de otro ovni? ¿Fue abducción extraterrestre, secuestro o simple desaparición? ¿Por qué únicamente atacaron a los borregos? ¿Por qué los maestros están ilesos? ¿Fue ataque selectivo hacia los becarios?, ¿los expusieron?, ¿los traicionaron? ¿Cuántos espías tiene el gobierno en cada aula del Heroico Colegio Pedagógico? ¿Hay soplones? ¿Cuántos profesores están cooptados por el ejército establano o son miembros del servicio de inteligencia del Nesic? ¿Qué información tiene?
—Estimados y apreciadas compatriotas, permítanme hacer uso de la palabra –expresa Gobierno de manera firme con voz engolada y solemne, extendiendo sus brazos cordialmente.
—Desde el inicio de mi gestión al frente del gobierno del Establo, he ratificado tenazmente mi compromiso de brindar protección, paz, seguridad y prosperidad a todos y cada uno de los ciudadanos y ciudadanas de la república; así como también he reiterado que para mí es el más grande honor estar a cargo de esta misión que dios y la patria me han encomendado.
—Al recibir esta máxima responsabilidad como primer mandatario del Establo y sus provincianas parcelas y granjas, juré ante nuestra heroica bandera respetar y hacer respetar la Constitución y las leyes que de ella emanan. Hoy, ¡ante ustedes como testigos fieles, queridos conciudadanos y amadas conciudadanas!, ¡cumplo ese voto patriótico!
—Debido a que los hechos que me refieren han ocurrido en la parcela libre y soberana de Yotzi, gobernada por el licenciado Lagarto, del partido amarillo, y para no entorpecer las correspondientes investigaciones que él ha ordenado y están llevándose a cabo, he decidido, de conformidad con nuestro establo de derecho, no interferir en el ejercicio de sus funciones como gobernador de la parcela.
—Los hechos en los cuales están involucrados algunos de los borregos del Colegio Pedagógico, como bien sabemos y ya lo he mencionado, han sido generados en la circunscripción territorial del gobernador Lagarto, por lo que esta presidencia de la república a mi digno cargo, está en espera del parte de novedades que rindan a esta institución presidencial tanto el procurador de justicia nacional como el comandante del ejército destacamentados en aquella plaza, quienes hasta el momento, según sendas video-conferencias que respectivamente sostuve con ambos servidores públicos, todo deriva de una cuestión menor entre bandas rivales del crimen organizado.
—Por tanto, oficialmente no hay ningún borrego ni persona desaparecidos, pues para dictaminar tal estatus aún no se ha cumplido el plazo de las setenta y dos horas que marca la ley, la cual todos debemos respetar.
—Una vez transcurrido este lapso, emitiré un comunicado sobre las indagatorias que las autoridades nacionales hubieren realizado en coordinación con la policía municipal y judicial de la parcela de Yotzi; esto, en caso que el gobernador Lagarto solicite dicha colaboración.
—Por mi parte, es todo. Muchas gracias.
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Fuente: goo.gl
