Las personas huyen del ajo como si fueran vampiros, pero desconocen las propiedades medicinales que tiene. Cura y protege el organismo de bacterias y enfermedades, mientras estimula el sistema inmunológico y normaliza la flora intestinal.
En zonas rurales es normal que las personas utilicen el ajo como una de las primeras opciones para tratar enfermedades. No cuestionan su poder ni le huyen a su olor, porque saben lo maravilloso que es.
La mejor formar de aprovechar al máximo los poderes del ajo es comerlo con el estómago vacío. De este modo podrás prevenir y tratar con eficacia muchas enfermedades. Muchos científicos consideran que de este modo te beneficiarás de todas sus propiedades antibióticas.
El ajo es excelente para combatir infecciones fúngicas, resfriados, gripes y cualquier afección que las personas curan con la ayuda de la medicina moderna. Cuando aplasta o mueles un diente de ajo se forma una fitoncida llamada alicina, que posee un efecto bacteriostático que ayuda a tratar con mayor rapidez las infecciones.
El ajo también es rico en otras fitoncidas, pero también en aceites esenciales, extractivos, fitosteroles, vitaminas B-C-D, ácido fosfórico y sulfúrico, silicio, magnesio, calcio, selenio, potasio y sodio. Igualmente contiene una gama de anti oxidantes y más de 400 componentes minerales diversos.
Los fantásticos beneficios del ajo para la salud
– Evita que las arterias se obstruyan y envejezcan.
– Reduce los niveles de colesterol malo.
– Fortalece el sistema inmunológico, por lo que el organismo es capaz de aguantar todo tipo de influencias dañinas.
– Mata un amplio número de bacterias.
– Ayuda a protegernos frente a enfermedades cardíacas.
– Reduce la síntesis de triglicéridos, previniendo el desarrollo de la arteriosclerosis.
– Disminuye la presión arterial.
– Posee propiedades anti inflamatorias.
– Por ser un antibiótico natural es un remedio efectivo para resfriados.
– Trata desórdenes del sistema nervioso.
– Mata las células de tumores cerebrales malignos.
– Actúa como anticoagulante, lo que ayuda a prevenir la formación de peligrosos coágulos de sangre. De esta manera se reducen las posibilidades de apoplejías o ataques cardíacos.
Fuente: lawikiguia.com