Las puertas automáticas son una solución moderna y eficiente que facilita el acceso en numerosos espacios, desde edificios comerciales hasta viviendas particulares. Su tecnología permite abrir y cerrar las puertas sin necesidad de contacto físico, lo que mejora la comodidad y la seguridad. Estos sistemas han evolucionado con el tiempo, incorporando sensores avanzados y mecanismos más eficientes.
Comprender cómo funcionan es clave para su correcta instalación, mantenimiento y optimización. En este artículo, exploramos el funcionamiento de las puertas automáticas, sus principales componentes y los distintos tipos que existen en el mercado.
SENSORES
El elemento fundamental en el funcionamiento de las puertas automáticas es el sistema de detección. Los sensores son los encargados de identificar la presencia de una persona u objeto para activar la apertura de la puerta. Existen diferentes tipos de sensores según el tipo de puerta y su uso. Los más comunes son los sensores de movimiento por infrarrojos, que detectan cambios en el entorno y envían la señal al motor.
También hay sensores de proximidad o presión, que reaccionan al peso o la cercanía del usuario, y sistemas de control remoto en los que el acceso se autoriza mediante una señal específica.
EL MOTOR
Una vez que los sensores detectan la presencia de una persona, envían una señal al motor para que active el mecanismo de apertura. El motor es el encargado de transformar la señal eléctrica en movimiento, desplazando la puerta según el sistema utilizado.
En las puertas correderas, el motor acciona un sistema de guías con ruedas que permiten el deslizamiento suave. En las puertas abatibles, se utilizan brazos mecánicos que empujan o tiran de la hoja de la puerta. La velocidad y la potencia del motor varían según el tipo de puerta y la frecuencia de uso.
MECANISMOS DE SEGURIDAD Y CONTROL DE CIERRE
Para garantizar un funcionamiento seguro, las puertas automáticas cuentan con sistemas de seguridad integrados. Los sensores de seguridad impiden que la puerta se cierre si detectan un obstáculo en su recorrido, evitando accidentes y daños.
Muchas puertas incorporan un sistema de freno automático que controla la velocidad del cierre para evitar golpes bruscos. En algunos modelos, es posible ajustar la sensibilidad y el tiempo de respuesta para adaptarse a diferentes necesidades.
TIPOS DE PUERTAS AUTOMÁTICAS Y SUS APLICACIONES
Existen distintos tipos de puertas automáticas, cada una diseñada para un uso específico. Las puertas correderas son las más utilizadas en centros comerciales y edificios de gran afluencia, ya que permiten un acceso fluido sin ocupar espacio adicional. Las puertas abatibles son más comunes en accesos a viviendas y oficinas, ofreciendo una estética elegante y funcional.
También existen puertas giratorias, ideales para hoteles y aeropuertos, que optimizan el flujo de personas y reducen la pérdida de climatización en interiores. En entornos industriales y garajes, se utilizan puertas enrollables y seccionales, que combinan resistencia y eficiencia.
MANTENIMIENTO Y EFICIENCIA ENERGÉTICA
Para garantizar un funcionamiento óptimo y prolongar la vida útil de las puertas automáticas, es fundamental realizar un mantenimiento periódico. La limpieza de los sensores, la lubricación de las guías y la revisión del motor son tareas esenciales para evitar averías.
La eficiencia energética es un aspecto clave en su diseño moderno. Los sistemas de cierre hermético y los motores de bajo consumo ayudan a reducir el gasto energético en edificios y viviendas, mejorando la sostenibilidad y el ahorro en electricidad.
Fuente: www.moncloa.com