on muchos los antisociales, quienes comparados en perfecto balance con las mayorías afectadas, resultan realmente ser bien pocos, los cuales pretenden y quieren tener las paredes de las ciudades totalmente blanqueadas, cual si fueran los muros de unos sepulcros desconocidos o inciertos, pudiendo entonces alegar que los muertos que aparecen tirados por las vías son recurrentes suicidios de personas sin oficio.